A Lichita

(Por Bárbara Taboada/APL) ¿Chew muley Lichita?¿Dónde estaràs Lichita? Ha pasado el tiempo y aún no hay respuesta.

Desde el año en que las fuerzas represivas del Paraguay te desaparecieron, ya nada se ve igual… la humanidad perdió su centro, su criterio, su olfato, su valor, su propia voz.

Inche Bárbara Taboada pignen, inche mapuche ngen. Desde mi cuerpo/territorio autonómico y soberano, te escribo:

Quisiera comenzar explicando que desde el 2020 el mundo cambió. Algunos pudimos ver bruscamente la telaraña en la que se impusieron pautas comunes, para una “nueva normalidad” hegemónica, enmascarando un reseteo económico global de total impacto; otros sólo vieron tal tv …

Con la excusa de un virus mortífero (que no fue secuenciado, ni aislado), se afianzaron alianzas internacionales y conductas de gobierno único, ordenando a los diversos estados-nazión, a que determinen cuarentenas y sistemas de aislamiento indefinidos.

Se decidió que la población estaba enferma potencialmente, que debían quedar privadas de su libertad ambulatoria, aisladas, en quiebra, hasta nuevo aviso; mientras las fuerzas represivas estarían al “cuidado”, ejerciendo su poder en las calles, en las ciudades, en los campos con el sólo objetivo de hacer lo que saben: “reprimir para enfrentar al virus”.

El sometimiento fue masivo.

Aunque parezca una locura, se dictaminó seguir pautas coloniales, “obedecer para estar sanos…”  así nomás…

Claro, que las fuerzas represivas fueron inmunes al supuesto virus a lo largo y ancho del planeta, al igual los presidentes.

La siniestra Fuerza de Tarea Conjunta del Paraguay que en plena “pandemia”, arrebataba brutalmente la vida de Lilian Mariana y María Rosa Villalba de 11  y 12 años; y que es culpable de tu desaparición, es el máximo ejemplo de la impunidad institucionalizada.

En este nuevo orden económico que se impone, el silencio es moneda corriente.

La milicada a la calle… la obediencia a organismos supranacionales por encima de las constituciones; y la izquierda y la derecha se nivelan, para dar sus frutos a formatos que fortalecen a las corporaciones, la hipervigilancia, el control, la corrupción y el uso obligatorio de la artificialidad de las nuevas tecnologías.

Ambas ideologías acataron las normas europeas, con superfluas distinciones… no sorprende, ambas, en sus matices, son ideologías winka.

Así, desde el 2020, la población mundial fue utilizada como base experimental psíquica,  filosófica y finalmente biológica, cual proyecto Orwelliano:

Los sanos fueron tratados como enfermos “asintomáticos”. Quienes cuestionaban las medidas de fuerza fueron llamados “locos”, “conspiranoicos”, “imbéciles”, “de derechas”, “asesinos” y “estúpidos”.

En Formosa, los hermanos wichi escapaban por los montes para no ser trasladados a centros de detención, de donde luego no salían con vida… no se podía reclamar ni el cuerpo de las víctimas para velarlos, mucho menos para hacer autopsias, las golpizas que se llevaban las mujeres embarazadas, por intentar escapar, eran feroces.  No daban explicaciones, no permitieron comprobar las causas de las muertes, el maltrato fue indigno.

En algunas comunidades se daba aviso, para no permitir el paso de “agentes sanitarios” que se llevaban a las personas; en otras los propios lamngen institucionalizados, adoctrinados, llevaron los tapabocas, fraudulentos pcr,  y luego inoculaciones de terapias génicas, mal llamadas vacunas.

Cantidad de ancianos, kimche, longko, sabios hoy fallecidos y enfermos, entregados al sistema.

Para los progres, miopes, era la derecha antivacuna la única que no quería acatar normas…

NUNCA NOS VIERON ¿DÒNDE QUEDARON NUESTROS DERECHOS CULTURALES?

Se hicieron desastres que obviamente no hubo dónde denunciar, porque la justicia no es justa.

Los medios oficiales y alternativos se unificaron. Se impidió cuestionar los protocolos y las medidas de fuerza que el eurocentrismo impuso impunemente, globalmente.

De este modo, el pensamiento único se fortaleció junto al racismo, segundo a segundo, en cada rincón.

Hubo olas de desaparecidos, HASTA HOY NO NOMBRADOS, por represión estatal… por querer llevar el pan a sus hijos, ir a buscar agua potable, ir a visitar a un familiar, etc.:

A Luis Espinoza en Tucumán, por no cumplir la cuarentena, la policía lo asesinó para luego ponerlo en un bolsa y arrojarlo en el límite con Catamarca.

En Salta, a Juan Mercado, la policía le disparó y le hizo perder un ojo en la puerta de su casa. Su único delito fue estar en la puerta…

En el Chaco violaron a dos menores de edad, jóvenes qom a las que trasladaron a una comisaría, donde luego de golpearlas, las rociaron con alcohol tras amenaza de prenderle fuego, al grito de: “indios infectados los vamos a acostumbrar a golpes”… y podría seguir con millones de casos más…

En Bahía Blanca, Facundo Astudillo Castro fue visto subiendo detenido a un patrullero en Buratovich a causa de “violar la cuarentena”. Su madre no dejó de buscarlo,3 meses estuvo desaparecido. Finalmente su cuerpo fue hallado en un cangrejal de la zona de Villarino Viejo, en el estuario de Bahía Blanca. Los policías siguen en libertad, acechando y amenazando a la familia.

“A las fuerzas de seguridad se las respeta”, nos dijeron… Las mismas fuerzas que bien sabemos trafican drogas, secuestran niños para la trata y asesinan a quienes el patrón mande a matar. A esas mismas nos obligaban a respetar… y había que creer, había que temer… había que agradecer.

Así, Lichita, la obediencia se nos presentó como la única cura.

Los derechos humanos fueron invisibles, no hubo movimiento feministas, ni antirracista ni antifascistas que levantaran la voz ante nuestra demanda. Los derechos al respeto de la salud ancestral, fueron pisoteados.

Durante la plandemia, las mineras no pararon, los grandes empresarios tampoco.

Los poderosos hacían fiestas; pero las vendedoras de tamales y/o empanadas, eran tratadas como violadoras de normas, terroristas y asesinas.

Nos silenciaron, nos golpearon, nos aislaron, nos obligaron a callar; y luego nos obligaron a entregar nuestros cuerpos y el de nuestros niños al poder, por acción y co-acción: miles de niños murieron por ser sometidos a vacunas experimentales, te repito: A TERAPIAS GÉNICAS con materiales altamente tóxicos; y hoy el estado, los políticos, los médicos,  el servicio de salud, se lavan las manos.

 Nos obligaron a romper el raciocinio y quebrar nuestro sentido común, quebrar nuestro ADN.

En consecuencia, en estos momentos, tenemos amigos y familiares en riesgo, y muchos otros que aún no se enteran. Cargamos muertos y enfermos amordazados, tras la imposición de una terapia génica no informada, de “vacunas de ARN”: las cuales altera el genoma humano.

Las  consecuencias, o “efectos adversos” de estas “vacunas” no son estudiados y siguen siendo silenciados por los medios de comunicación, los partidos políticos, los movimientos sociales, etc.

Es difícil explicarte por qué la gran mayoría, aún hoy, defienden la “honestidad y efectividad de los laboratorios” en vez de escuchar a las personas afectadas, o de verse así mismos y reconocer las afecciones que hoy tienen.

La vulgaridad recurrente de defender ricos y poderosos. Así de grande la ceguera…

La “pandemia” se convirtió en una dictadura sanitaria global para dar paso a un nuevo orden económico, que cada estado-nación ejerció con orgullo y violencia, en nombre de “la salud y la seguridad”, y a favor de las farmacéuticas, corporaciones y los grandes millonarios del mundo.

Lo más terrible es que todo ésto sucedió por “recomendación de la OMS”, y  actualmente, se busca firmar un “Tratado de Pandemias y Enmiendas Sanitarias”, que de firmarse, 197 países (todo el continente) estarían OBLIGADOS esta vez, a brindar soberanía a la OMS y total libre acción ante nuevas “situaciones pandémicas”.

De esto no hablarán los grandes periodistas, súbditos del poder centralizado.

En este contexto, los pueblos nativos comenzaron a ser cooptados rapazmente por lobos disfrazados de corderos. La sustracción mental, en nombre de la “libertad”, la “igualdad” y los “ddhh” se encarnó en los organismos que hasta hoy día quieren digitar nuestro futuro en función de “incluirnos para protegernos”. Los mismos que se han encargado de reducir sistemáticamente a la población, de experimentar en campos de concentración con nuestros niños (hoy, ayer y siempre) para quedarse con los territorios…  vienen a vendernos proyectos de “crédito carbono para salvar al planeta”, de “energías renovables”, más vacunas transgénicas experimentales y espejitos de colores.

Todo es muy triste…

La libertad de la crueldad avanza, pero se viste de inclusiva, de plural, de verde y quiere portar nuestros rostros nativos para camuflar el horror, para presentarse como algo nuevo… para confundir entre el bien y el mal; entre lo natural y lo sintético… Requieren nuestra integración.

“Ni salvar vidas ante un virus”, “ni cuidar el medio ambiente”, “ni brindar alimentos a los necesitados”… nada de eso le interesa al estado (sea cual sea), a BlackRock o Vanguard, ni al Foro Económico Mundial.

Quieren nuestras tierras,vienen por el litio, por el hidrógeno verde para las nuevas “energías renovables”. La guerra es física, y espiritual; y es la sociedad la que se encarga de despojarnos.

Quiero dejarlo bien claro, porque es a los jóvenes a quienes buscan confundir: en nombre de la salud, de la seguridad, de la igualdad, de la izquierda, de la derecha, del Papa, de la OMS, de la ONU, y de lo que venga… todo lo mueve el poder, hasta la disidencia controlan, nada se les escapa. Utilizan diversas estrategias que abren y cierran nuevos caminos.

Ahora, en este instante, Israel masacra la vida Palestina… ese genocidio es visible.

No utilizan armas silenciosas, bacteriológicas, de biotecnología, o armas de ataque por microfrecuencias, de geoingeniería (manipulación climática) para gestar “desastres naturales” que contribuyan al instantáneo despojo.. No:  SE BUSCA que el genocidio de ISRAEL a PALESTINA sea visible, que SE VEA, que impacte, que resuene…

Habrá que preguntarse por qué..

¿Acaso el objetivo de la creación de la ONU, luego de la segunda guerra mundial, no fue para impedir masacres y experimentación sin consentimiento informado? ¿Acaso la civilización y el progreso no traería mejoras morales?

Lichita… a esta altura quizás sepas que todo es un gran negocio y una gran ilusión:

Desde nuestra perspectiva, la cual te comparto, la democracia no existe. El mundo creado es sionista, la izquierda y la derecha responden a un mismo patrón de interés en su juego… y al igual que la ONU; se sirven y alimentan de voluntades genuinas.

Desde el 2020 fui censurada por pensar, cuestionar, investigar, escribir y difundir. Por intentar alertar, de lo que realmente estaba ocurriendo, que es mucho más amplio de lo que aquí expongo, y de las consecuencias venideras a tales propósitos.

Fuimos pocos quienes nos atrevimos. No es fácil.

Desde el 2020 decidí dejar de prestar mi newen /fuerza –energía, para explicar a quienes, lejos de querer comprender el trasfondo y tomar posición, entendí, que sólo buscan acallar o sacar rédito y vivir del horror ajeno.

La verdad molesta y es difícil de digerir para quien no la busca.

A modo personal, me tengo a mí y quiero que sepas que:

No reconozco estados genocidas, ilegítimos, sobre nuestros territorios ancestrales. Parieron el abuso y la injusticia; por eso repudio al estado narcoterrorista e infanticida paraguayo, al chileno y al argentino de igual modo. No son más que meras empresas de dueños ajenos a estos territorios.

Con muertes, saqueos y doctrina patriótica, han gestado la ilusión de “la patria”. “Hacer la patria” implicó eliminar nuestras identidades, tu propia identidad; por tanto no me interesa la inclusión a sus instituciones, ni su sponsor,  ni el negocio de la pluriculturalidad en su vulgar folcklor.

Tengo dni argentino, como vos, si; porque el estado se apropia de todo lo que entiende dentro de su soberanía. Somos identidades cautivas… pero no hay que dejarse confundir:

Inche mapuche ngen, yo soy mapuche (donde me pare) y sobre mi cuerpo/mente/espíritu, mientras tenga consciencia, tendré soberanía y autodeterminación…  Desde allí me expreso.

 No quiero el progreso civilizatorio que nuevamente se nos impone: inteligencia artificial, identidad digital, sus vacunas transgénicas, su hibridación humana, su comida transgénica, sus guerras, sus ejércitos, sus nanotecnologías, sus políticas restrictivas de cuidados medioambientales, “su protección”…

No quiero sus plataformas petroleras offshore sobre nuestro lafken/mar.

No quiero sus agendas verdes que sacrifican el futuro, pactadas en acuerdos globales 2030/2050 sobre nuestro cuerpo-territorio.

No acepto que ningún gringo, me venga a decir ni cómo vivir, ni cómo pensar, ni qué sentir.

Y con todo mi corazón, me sigo preguntando: ¿Chew muley Lichita?¿Dónde estás Lichita?

Ansiando que en lo pronto, sea tu valiente voz la que pueda exponer SU PROPIA visión del mundo; y que TU verdad se escuche y resuene, por sobre tanta corrupta cobardía latente.

Newentuleymi!