Calcinados por la corrupción

Alicia Susana Gómez

Los expedientes han dado vueltas desde la Comisaría 5º, la Procuraduría, los juzgados de la ciudad y los federales. Mientras tanto, la fábrica creció a costa del encierro de sus trabajadores en estado de explotación y esclavitud, hacinados y tapiados, ya que también oficiaba de vivienda para ellos, aunque sólo pudieran salir con el consentimiento del encargado. Instalaron una caldera para facilitar el secado y planchado de las prendas que sería una bomba de tiempo y que, en este incendio, no llegó a estallar porque, apenas sintieron el olor a quemado, los vecinos llamaron a bomberos y al SAME. Se Logra rescatar a muchas personas, a fuerza de mazazos para derribar parte del frente desde donde fluían llamaradas que alcanzaron a los socorristas.
Pero abajo, en el sótano tapiado, dos hermanos, Orlando Camacho de 7 años y Roberto Camacho de 10, dormían el sueño inquieto de los que no tienen voz, presos de la corrupción. Para llegar a los cuerpitos ya calcinados, los bomberos debieron derribar la parte del frente que había sido la ventilación, cuya reja se había tapiado. Sus padres son rescatados y los internan en el Hospital Álvarez.
Protegidos por el estado, Orlando y Roberto deberían estar en el aula de su escuela, Provincia del Chaco, esperando el recreo y soñando qué quisieran ser cuando crecieran. Pero, para los más pobres, los sueños son pesadillas de las que nunca se despierta.

Fuente: https://laalameda.wordpress.com/2015/04/27/el-taller-incendiado-ya-estaba-denunciando/#respond