Carta Abierta a Federico Achával, intendente de Pilar, de parte de la familia de Gabriel Eiriz

La semana pasada se cumplieron 7 años de su homicidio que aún sigue impune. El 10 de octubre la familia organizó una caravana en el barrio para recordar a Gabriel, para pedir justicia por su homicidio y para denunciar las fiestas clandestinas de Ezequiel Salsamendi: las fiestas que Gabriel denunció en el año 2013; denuncias por las que Gabriel recibió amenazas y luego lo asesinaron.  El sábado 17/10 Salsamendi, en pleno ASPO, realizó una de sus fiestas clandestinas. Achával sigue mirando para otro lado.  #BastaDeImpunidad  #JusticiaxGabrielEiriz

 A una semana de cumplirse 7 años del asesinato de Gabriel Eiriz por denunciar las fiestas clandestinas de Ezequiel Salsamendi en La Lonja, Pilar—su negocio clandestino sigue tan intacto como la impunidad del crimen de Gabriel.

Carta abierta a Federico Achával Intendente de Pilar

Sr. Intendente:

Le comunicamos que el sábado 17 de octubre—a solo una semana de que realizáramos la caravana de Memoria, Verdad y Justicia por Gabriel Eiriz—en la quinta de Ezequiel Salsamendi, situada en la calle Carlos Calvo al 1700, se hizo una fiesta ilegal. Y en los tiempos que estamos viviendo, este hecho tiene el agravante de haberse llevado a cabo durante el ASPO. Su propio municipio utiliza parte de su recaudación para hacer propaganda sobre sus medidas frente al COVID-19 con cartelería, el centro lleno de banderas, centros modulares de testeo sobre la Panamericana, pauta publicitaria en medios nacionales (como si a un jujeño le hiciera falta que Achával le recuerde que se quede en su casa) al mismo tiempo que en su partido—y a metros del flamante “autocovid”—se reúnen cientos de personas en fiestas clandestinas—en plena vigencia de un decreto del Ejecutivo Nacional—y mientras las vecinas y vecinos hacen colas para entrar de a uno a la verdulería.

En este contexto, el sábado pasado las y los vecinos del barrio Los Tilos pudieron ver con indignación más de 30 autos estacionarse sobre la calle donde Ezequiel Salsamendi tiene su quinta, y pudieron ver entrar alrededor de 100 personas a la misma. La fiesta comenzó alrededor de las 2 de la mañana y la gente se empezó a retirar entre las 6 y las 8:30 a los gritos y visiblemente ebria. A lo largo de toda la noche se escucharon gritos y música a todo volumen.

Las y los vecinos decidieron llamar al destacamento de La Lonja reiteradas veces. En todas las ocasiones se les contestó que no había móviles disponibles porque “tenían mucho de qué ocuparse en la calle”. Por si usted no lo recuerda, quien le consiguió a Salsamendi una quinta más para sus fiestas clandestinas el año que mataron a Gabriel—la que perteneciera a Amelie Alicia Storani Domínguez, también implicada en la causa del homicidio—fue el subcomisario Rodolfo Javier Sastre que se desempeñaba en ese mismo destacamento. Parece que Sastre dejó muy buena escuela.

También se llamó al 911 pero, como no había emergencia alguna, dijeron que no podían hacer nada al respecto. Allí orientaron a las y los vecinos a radicar la denuncia al 134—nadie nunca atendió los llamados.

Evidentemente, nos toman el pelo a todos. A los pilarenses en general y a la familia de Gabriel en particular. Porque no es cualquier persona la que sigue haciendo estas fiestas—incluso durante el ASPO—sino que es el mismísimo Ezequiel Salsamendi, implicado en el asesinato de Gabriel, que denunció sus fiestas. Se ríen del dolor de la madre de Gabriel, de su hermano y hermanas, y sobre todo, doblemente, de sus hijos que aún viven en Pilar, y que si visitan la casa de su padre asesinado, tienen que ver cómo para Federico Achával, aquí no ha pasado ni pasa nada.

Opinamos que sus políticas para con los barrios periféricos tienen mucho que ver con el abandono que sufren los y las vecinas que los habitan: las calles se encuentran en pésimo estado, las luces brillan solo por su ausencia, los pastos están altos, las calles públicas siguen

tomadas por negocios inmobiliarios. Todo esto es el mejor escenario para que las fiestas de Ezequiel Salsamendi sigan llevándose a cabo de forma tan ilegal como siempre.

Nuestra pregunta es, Sr. Achával, ¿exactamente qué es lo que usted necesita que pase para dejar de mirar para otro lado? ¿Acaso cargar con el asesinato de un vecino por haber denunciado estas fiestas no le alcanza? ¿Está esperando que haya alguna muerte por sobre dosis como ha pasado en otras fiestas clandestinas? ¿Está esperando que haya algún accidente en la Panamericana después de que las y los chicos que asisten a estas fiestas—muchos menores de edad—se retiran alcoholizados manejando sus propios autos? ¿Qué es lo que necesita para por fin escuchar los reclamos del barrio de La Lonja? (Que dicho sea de paso, es cumplir con su trabajo). ¿Ni siquiera en tiempos de pandemia el municipio va a tomar seriamente las denuncias de estas fiestas?

Exigimos respuestas, Sr. Achával. Queremos desterrar por completo estas fiestas de Pilar. Queremos celeridad en la justicia, pero también celeridad en el accionar del municipio ante la denuncia de estas fiestas clandestinas. Queremos dispositivos de denuncia que realmente funcionen. Queremos que todos los reclamos que Gabriel y sus vecinos hacían siete años atrás sean atendidos. ¿No le parece un poco mucho esperar 7 años para garantizarle derechos básicos a un barrio que quiere poder vivir una vida digna y tranquila?

Hoy Gabriel ya no tiene una vida. Se la quitaron. Su municipio, la policía y la fiscalía de Pilar tienen mucho que ver con que eso haya sucedido. Usted tiene hoy en sus manos la posibilidad de seguir haciendo oído sordos, o de revertir esta situación. El barrio no puede seguir esperando.

Nosotros, la familia de Gabriel Eiriz, esperamos su pronta respuesta y contacto.

Nuestro mail: justiciagabrieleiriz@gmail.com

Gustavo Eiriz (hermano de Gabriel)

Gisel Eiriz (hermana de Gabriel)

Geraldin Eiriz (hermana de Gabriel)

Carmen Guagliardi (mamá de Gabriel