En 2004, tras unos años de reiteradas protestas y organización colectiva contra los constantes abusos y maltratos sufridos por los presos de Quatre Camins (Barcelona) a manos de los carceleros, una brutal paliza propinada por los funcionarios a un preso fue el desencadenante de una serie de incidentes que fueron denominados como el “motín de Quatre Camins”. Durante éstos, el subdirector fue herido y se retuvo un funcionario con tal de poder hacer publicas sus reivindicaciones. Los siguientes días, los presos acusados de instigar y participar en el motín fueron sometidos a palizas, vejaciones y torturas.
La Audiencia Provincial juzgó en el año 2008 a 13 presos por estos incidentes, condenando a algunos de ellos hasta 17 años de prisión.
Aun así, el 6 de Mayo del 2013 fueron juzgados en la Audiencia de Barcelona los 13 carceleros denunciados, pese a las amenazas y coacciones, por los presos que fueron objeto de las torturas.
El tribunal impuso una pena de tres años y medio de prisión, multas que ascienden a 1.050 euros e inhabilitación profesional al exsubdirector médico del centro penitenciario Xavier Martínez Redondo por siete delitos de atentado contra la integridad moral y siete faltas de lesiones.
El resto de carceleros fueron condenados a penas de entre cuatro meses y un año de prisión, además de inhabilitación y, en algunos casos, multa.
Eso sí, el tribunal les ha rebajado a todos las penas previstas en el Código Penal para el delito de atentado contra la integridad al aplicarles la atenuante de dilaciones indebidas en la tramitación del proceso judicial. La sentencia, además, no acepta la tesis de la fiscalía y de las acusaciones de que las agresiones y vejaciones sufridas por los reclusos de Quatre Camins eran torturas.
En las charlas, no solo hablará de sus experiencias, sino que además defiende un discurso anticarcelario evidentemente antiestatista y antidemocrático, porque la democracia no es más que otro atuendo del Estado, porque no hay cárceles mejores ni condiciones dignas para lxs presxs, todxs represariadxs por un sistema que, los encasilla primero entre sociales y políticos, si bien en este territorio no se acepta la existencia de presos políticos, lo que supone implícitamente que se reconoce que el Estado y sus leyes se dedican a juzgar CONDUCTAS, causadas y consecuencia, por tanto, de la práctica del mismo Estado sobre la sociedad a la que somete.
Esperamos poder encontrarnos con todxs vosotrxs en las diversas charlas y que difundáis las mismas entre vuestros contactos.
¡Ni presos, ni presas, ni FIES, ni rejas!
Fuente: Boletín Tokata