Del Feminismo Blanco al Feminismo del Arco Iris

Las mujeres poderosas del arco iris, las que vivimos en los territorios profundos en la Argentina hemos sido abusadas, golpeadas,  fumigadas/rociadas con alcohol en nombre del higienismo blanco que disciplina con sus instituciones policiales.

Pero también reprime las formas y los modos de vida de las mujeres indígenas que padecemos la violencia de género en su versión policial, pero que es institucional, en todas sus versiones. La intersección mujer, no castellanizada, rural, pobre e indígena es silenciada por algunos feminismos. De matices blancos, si los hay!

Los hechos acontecidos en Fontana Chaco, con un grupo de mujeres y jóvenes qom nos han impulsado a sacar nuestra palabra del corazón. El encarcelamiento, la tortura, el abuso por la única razón de pertenecer a un pueblo originario, en este caso qom, obedece a las mismas prácticas del genocidio roquista, en un gobierno nacional y popular.

¿Qué grado de decolonialidad tiene la actual gestión del ministerio de las mujeres, genero y diversidad? Hasta el momento sonrisas van y sonrisas vienen pero la famosa “sororidad” se pinta de blanco: tiene sonido a castellano, urbano y claramente clasista, sexy y combativo.

Hablamos nuestras lenguas y nuestros regionalismos con sus variedades dialectales,  algunas padecemos el despojo del idioma propio; vibramos con el territorio – sin agua – con nieve, con dengüe, con tuberculosis, con hacinamiento -fruto del despojo territorial- con sarampión y sin embargo, seguimos nuestra lucha siendo parte del todo de la pacha, de la mapu con palabra florida.

Nuestras curvas  son incómodas. Nuestros colores también. Decimos y vestimos incomodidades. Ejercemos nuestros derechos también con nuestra palabra, como naña, como warmi, como mujeres poderosas del arco iris.  

El deseo sobre nuestros cuerpos para marcarnos la superioridad de la otredad blanca viene tanto de la violencia policial como de cualquier otra institución del Estado monocultural y monolingüe que supone que valemos menos. El  racismo se  fomenta  dentro de  las estructuras estatales que nos  invisibilizan. La superposición de varias capas de discriminación -la interseccionalidad- genera una forma de discriminación agravada y potenciada que se vió en el hecho en Fontana con crudeza.

Los derechos se ejercen desde la voz de quienes históricamente hemos sido oprimidas. Las barreras se nos imponen y en consecuencia, la falta de acceso a la justicia social como así también, las formas ancestrales que sentipensamos para abordarlas, disolverlas, resolverlas o aminorar los daños. ¿Podría pensarse que el Frente de Todas incluye solo a las blancas?

Traemos en nuestras trenzas, en nuestras tulmas, en nuestras mantas bordadas, en nuestros tipoi, la memoria viva de nuestras Antiguos. El  diálogo en clave plurinacional  se genera  en el intercambio de saberes,  con una mirada puesta en el pluralismo de formas, metodologías, procedimientos e interpretaciones para diseñar políticas públicas, desde un enfoque de derechos colectivos: mujeres indígenas, afrodescendientes y rom (conocidas generalmente como gitanas).

A las funcionarias todas, pero en particular a las de las carteras sanitarias les decimos que el COVID 19 tiene múltiples formas de entendimiento para nosotras. La determinación social de la salud tiene, además un componente viejo-nuevo: las prácticas racistas de los equipos de salud y el sistema biomédico. El síntoma más visible y sencillo de nombrar el padecimiento es que no han emitido un solo comunicado desde la cartera sanitaria nacional sobre cuidados en nuestras propias lenguas, adaptados a nuestras culturas. No se trata de hacer una simple traducción al idioma originario (de nada sirve) si no se contextualiza en la cultura y en las prácticas de cada pueblo. Una traducción lisa y llana de una construcción  discursiva hegemónica sin articular con los sentipensares indígenas es solo una nueva imposición decorativa de interculturalidad, por muy bien intencionada que parezca.

¿Sería muy difícil trabajar activa y dialógicamente con las comunidades y lxs médicxs ancestrales? ¿Adaptar las medidas de prevención y protección a lo que sensorialmente sentimos como inmunoprotectores es pedir la revolución?

Estamos viviendo un etnocidio qom. Estamos siendo testigxs de un genocidio latente.

Así como la policía de Estados Unidos asfixia y mata  a George Floyd, en Argentina las fuerzas de seguridad estatal cambian de conducción pero no de prácticas. ¿Cómo le hacemos frente?

Golpear, sacar a la gente de los domicilios sin orden judicial, trasladarlos a un destacamento policial en Fontana, provincia de Chaco, cometiendo todo tipo de abuso de poder, ensañándose y ultrajando a mujeres indígenas y encima fumigarlas (vendrían a ser bichos?) con alcohol por el COVID19 es racismo institucionalizado.

Esa es la verdad que nombramos. Y porque somos las que somos, decimos: la única verdad, es la realidad.

Que salga la palabra cierta, verdadera!

Xipape rüf zugu! (mapuzungun)

Rimarina ama llullaspa! (quechua)

Hn’nogonec ca na’aqtac eesa(qom’ laqtac)

#RacismoInstitucional  #ViolenciaContraIndigenas

#FontanaChaco

#MujeresPoderosas

TEJIDO  DE  PROFESIONALES  INDIGENAS

@ArgentinaPlurinacional

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