Una bitácora que recorre un camino de angustia, desesperación, incertidumbre, y encubrimiento. La mirada de la Anahí Andrade de ayer y la Anahí de hoy, 5 años después: organizada, fortalecida y en lucha por lograr el juicio y castigo de los responsables del asesinato de Nino, su hermano. El sábado 29 de agosto, haremos un encuentro en vivo en una actividad que recorrerá, en diferentes bloques, la huella que dejó Nino, y que dejará en descubierto los métodos de las fuerzas represivas del Estado amparadas por el poder político y judicial en democracia. Un patrón que se repite en casos anteriores y posteriores al de Nino Largueri.

“Pasaban estos días de pura rutina: la familia, el trabajo, la recuperación de mi hijo…pero siempre en algún momento del día recordaba a Nino. Comencé a preguntar. Nadie sabía de él. Yo estaba confiada de que seguro había viajado y esperaba un mensaje de él. Hoy sé que seguramente ya Nino estaba pensando en mí también. Seguro con ganas de que lo encuentre como tantas veces. Sé que era él el que estaba en peligro, probablemente encerrado clandestinamente en la comisaría, siendo víctima del odio de unas lacras humanas”, expresó Anahí.