(Por Fernanda Giribone/APL) El 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBTQ+. Aniversario de la revuelta en el bar StoneWall Inn en Nueva York, la que se registra como la primera revuelta moderna de personas sexo y género disidentes, marcó un antes y un después en la lucha por los derechos de la comunidad.
En decenas de países las disidencias siguen siendo condenadas a muerte, perseguidas, encarceladas, apedreadas, reprimidas, desterradas. En muchos otros países todavía se sigue dando la pelea por el reconocimiento de las identidades no binarias. Que se reconozcan derechos civiles, como el derecho al matrimonio. Es un secreto a voces que el acceso a la salud, educación, vivienda y a un trabajo digno es aún más restringido para las disidencias. También se pelea por el acceso a una reparación histórica para quienes sufrieron y sufren desde hace años, la marginación del Estado.
Hoy, en Argentina, el gobierno ultraderechista de Milei, que niega la perspectiva de género, quiere hacer retroceder los derechos ganados. Como si no fuera suficiente el terrible ajuste económico que aplica afecta más a los más vulnerables: disidencias, mujeres y niñeces. Nos enfrentamos a discursos de odio y actos de violencia, que se sostienen desde el Estado, como el lesbicidio de Barracas.
28 de junio, un día para festejar con orgullo y para seguir peleando por el pleno reconocimiento de todos los derechos históricamente negados.
A lo largo del país, las distintas convocatorias exigen:
Basta de crímenes de odio. El Gobierno es responsable por el lesbicidio de Barracas. Justicia por Pamela, Andrea y Roxana.
Ni un ajuste más ni un derecho menos. Abajo el DNU y la Ley de Bases.Respeto del cupo laboral trans-travestis. Reincorporación a los despedidos. Nueva ley antidiscriminatoria. Reparación histórica para el colectivo travesti-trans. Respeto a las niñeces y adolescencias diversas. Cupo habitacional para el colectivo LGBTQ+. La deuda es con nosotrxs. No al FMI.