Agotadas y felices, como cada año, volvemos a casa. Más allá de las disputas, que no salpican a la enorme mayoría. Somos mujeres, lesbianas, trans, travas, personas no binarias. Muchas más que las que podrían haber soñado aquel puñado de mujeres en 1986 cuando organizaron el primer encuentro. Algunas que llegaron este año por primera vez, sorprendidas, advertían que ya no serán las mismas después del encuentro. Nos abrazamos con ellas, las bienvenimos mientras también abrazamos a las compañeras de siempre, a las que esperan cada año nuestro octubre rojo, verde, multicolor. Nos esperan las históricas, las que no sólo soñaron, sino que fueron a la vez cimientos y obreras de esta marea de hoy. Marea verde que grita ¡Será ley! y que dice con firmeza ¡Ni una menos!; Que asegura Yo sí te creo, y marcha contra los travesticidios y contra el sistema prostituyente. Que reclama la implementación de la ESI, por un mundo donde quepamos todes. A 34 años, caminamos la ciudad de las diagonales durante más de cuatro horas y fuimos cientos de miles, muchas más que las que refleja la prensa comercial en sus páginas amarillas. Mucho más allá de las mezquindades, otra vez hicimos historia. (Por La Retaguardia: Texto: María Eugenia Otero/Fotos: Vicki Otero)