En el día de conmemoración del fin del régimen nazi, de los creadores del feminazismo llega el econazismo

Como Asamblea por una Sociedad Sin Fascismo, organización que brega desde hace nueve años por una sociedad libre de ideologías totalitarias, nos vemos en la obligación ética de responder a un artículo titulado «Los que acusan a la CGT de ecocida están cerca de ser ecofascistas» publicado el 5 de mayo de 2023 en Página12 y firmado por Nano Aguirre. El periodista se refiere al conflicto que enfrenta a activistas sociambientales con los representantes del Capital, como “batallas” en “el asunto de la exploración de petróleo offshore” y nombra al trío sindicalistas-gobernantes-empresarios como “defensores de la búsqueda de petróleo”. Este lenguaje no es inocente, ya conocemos en carne propia lo que sucedió en la Argentina cuando se utilizó el lenguaje militar para caracterizar conflictos sociales. ¿El nuevo subversivo será quien defiende el territorio contra el extractivismo? . El “asunto” es un problema grave que ocupa debates internacionales profundos y de las politicas vinculadas a estos dependerá incluso nuestra supervivencia como especie.

Una de las características del fascismo es deshumanizar a quien luego se va a atacar, instalar en el sentido común, por medio de la propaganda en los medios de comunicación, que un sector de la sociedad es un enemigo público es el primer paso para justificar la persecución y criminalización. Para esta estrategia el autor se sirve de un genuflexo de los intereses empresariales, el cual llama “ecofascistas” a quienes realizan acciones de visibilización, denuncia y concientización respecto de los peligros probados de la explotación petrolera off shore. Pero Duzdevich no se detiene ahí, apela a un recurso más bajo aún.

«Seguramente desconocen que ‘lo eco’ conformaba uno de los ejes político-ideológicos más importantes del movimiento nazi. La agricultura orgánica, el vegetarianismo y el culto a la naturaleza fueron elementos clave no solo de su ideología, sino también de las políticas gubernamentales del nazismo. Hitler era vegetariano por no matar animalitos, mientras mandaba a matar millones de seres humanos en cámaras de gas.”

Esta expresión contiene recursos muy perversos, en primer lugar empieza por tratar de ignorantes a sus “enemigos” para después brindar información falsa y un razonamiento falaz. Ningún fascismo tuvo perspectiva socioambiental, todo lo contrario, aunque discursivamente los representantes de esa ideología hablaran de una “tercera posición” la realidad es que siempre respondieron a intereses del Capital internacional que es ecocida. Un claro ejemplo de ello fue la ultima dictadura militar-civica-eclesiástica, recordemos a Martínez de Hoz y su equipo que consideraban a las inversiones extranjeras como esenciales para reactivar la economía y el empleo, e incentivaban a capitales imperialistas para que vinieran a explotar el sector petrolero y minero. Hitler comenzó siendo vegetariano por problemas digestivos y después vio que una dieta saludable podría servir para perfeccionar la raza teutónica, un delirio místico y racista alejado totalmente de la conciencia por el cuidado de la naturaleza. Incluso si Hitler hubiera sido ecologista la comparación perfora cualquier piso de racionalidad, utilizar un supuesto elemento común para universalizar una comparación es una falsa analogía. También preocupa la forma despectiva de Duzdevich de referirse a la fauna como “animalitos”, esta visión cosificadora lo habilita a poner en una jerarquía superior a la fauna al proyecto extractivista petrolero.

«Muchos se preocupan por el stress de las ballenas  pero dan la espalda a miles de marplatenses sin trabajo, que ni siquiera pueden pagar el ómnibus para acercarse con sus hijos a la playa en verano”.

Inventa una falsa dicotomía para tratar de polarizar a la sociedad. ¿Quiénes son los responsables de que haya millones de niños, niñas y adolescentes en la miseria? Resulta ahora que profundizar en políticas capitalistas va a solucionar lo que causó el capitalismo. Por otro lado, cuidar las diferentes especies y sus entornos no solo es indispensable en una ética de respeto por la vida, sino fundamental para la existencia del ser humano, la ciencia es contundente al respecto.

“Ser ecologista extremo, no es ser necesariamente progresista».

”todos los extremismos son malos, y el ambientalismo extremo está jugando en la Argentina de hoy un papel muy peligroso al sabotear actividades productivas como el offshore, Vaca Muerta, y la minería entre otras»

El uso del adjetivo “extremo” es para calificar las manifestaciones públicas de extremistas, esto le sirve para equiparar cualquier expresión urbana a prácticas terroristas, como en este caso fue colocar un pasacalles en la CGT. Nuevamente se busca construir al sujeto subversivo contrario al “orden público”, el que atenta contra la organización nacional.

Utilizar una crisis económica donde la pobreza está extendida a la población como parte de la “doctrina de shock” para instalar un modelo político-económico depredador con la promesa de bienestar, fue un recurso ampliamente usado por las dictaduras fascistas. Como también transformar en enemigo público a quienes denuncian semejante atrocidad.

El reciente anuncio por parte del Estado Mayor Conjunto de militarizar las zonas de extracción de petroleo en todo el país a través de lo que denominaron “Planeamiento de la Defensa 2023” nos trae a la memoria la frase de Buenaventura Durruti: «Ningún gobierno lucha en contra del fascismo para destruirlo. Cuando la burguesía ve que el poder se les escapa de sus manos, alzan el fascismo para defender sus privilegios.»

Finalmente queremos repudiar la banalización del fascismo y de una de sus corrientes más destructivas -el nazismo- por parte de Aguirre y Duzdevich, lo que han hecho es una ofensa para la memoria histórica argentina y un insulto a las víctimas y sobrevivientes de esos regímenes en todo el mundo.

Asamblea por una Sociedad Sin Fascismo