Gatillo fácil en Miramar: la policía no para de matar

(Por Oscar Castelnovo/APL) Luciano Olivera, de 16 años, andaba en su moto y fue perseguido por agentes de la Policía Bonaerense. Uno de los uniformados lo fusiló de un tiro en el pecho, sin dar voz de alto ni hacer sonar la sirena, solo aplicó la pena de muerte de hecho. Solange, tía de Luciano, dijo que su sobrino tenía «una vida tranquila, iba al colegio, jugaba a la pelota y era un chico sano. No tenía problemas con nadie, jamás ha peleado con otro pibe. Era un nene muy bueno, es de no creer». El crimen ocurrió a las 4 horas de este viernes, precisamente día que se celebra lo que muchxs  denominan «democracia» en lugar llamar a las cosas por su nombre: Genocidio encubierto.