¡Gracias por tanto a cada compañerx que se sumó la lucha!

(Militantes por la Aparición de Lichita con vida y Justicia para las nenas) Un hombre que por fin había juntado el dinero para reponer los dientes que la arrancó la pobreza dijo: «tomen, lo doy todo para que vayan a buscar a Lichita». Una mujer que emigró a un país lejano, cruzando los mares, pidió un crédito con el mismo fin que el compañero desdentado y ahora agregó más zozobra a la escasez de recursos, junto al llanto y la rabia que le surgen cuando recuerda el secuestro, la violación y el fusilamiento de las primas de Lichita, Lilian y María, de 11 años, por la Fuerza de Tarea Conjunta paraguaya. Una joven mapuche, del Puelmapu (territorio usurpado por el Estado argentino), se sacó una foto donde puede verse su rostro con una cartel que cuestiona al terrorismo de Estado en Paraguay. Otrxs hermanxs la imitaron. Una joven que tiene problemas con la ley, en algún sitio de mundo, mandó una imagen a la Campaña #Eranniñas-aparición con vida de Lichita, arriesgando su libertad. Las fotografías y videos llegaron por miles, desde los cinco continentes.

Las manifestaciones de colectivos en los más diversos países se multiplicaron ante embajadas y consulados paraguayos, prohibidas con la excusa del Covid-19, reprimidas por las policías y pagadas con días y de encierro en comisarías de mala muerte. Desde Euskal Herría hasta Chile, desde Bolivia hasta Suecia, desde Uruguay hasta Madrid, desde Toulouse, Francia hasta Jujuy o Sicilia, la imagen de Lichita y las nenas, encabezaron las marchas y otras actividades como peñas, rifas y hasta las presas de la Cárcel del Buen Pastor hicieron una pollada que vendieron plato por plato a buen precio.

Cartas cargadas de ardor interpelaron a personalidades en el mundo. Periodistas, diagramadores y fotógrafos produjeron coberturas colaborativas. Traductores solidarios escribieron en los más variados idiomas el alarido expresado en cada nota. Algunxs viajaron a buscar a Lichita «in situ».

Claramente, la demanda legítima tuvo respuestas masivas en un compromiso esforzado, con una ética militante encomiable. Cómo no agradecer a todxs y cada unx. Porque sobre el ladrillo que emplazamos juntos, prosperarán los puentes necesarios para atravesar calles, ríos y montañas. Para sacudir el mundo hasta que aparezca Lichita. Viva.

¡Gracias por tanto, compañerxs!