(Por Fernanda Giribone/APL) La Fundación Cooperadora Nutrición Infantil (Conin), elegida por el Gobierno para distribuir las toneladas de leche a punto de vencer retenidas por Pettovello, impone varios requisitos a quienes quieren acceder a su programa alimentario. Sus beneficiarios deben tomar cursos y charlas donde se rechaza el uso de anticonceptivos y se considera la vida desde la concepción.
La elección de Conin para la tarea del reparto de alimentos, es imposible de explicar más allá de la afinidad política e ideológica que tiene con el gobierno ultraderechista de Milei. La fundación no posee una extensión geográfica destacada o una capacidad operativa que justifique su elección, y en este sentido se puede afirmar que no solo no es mejor que otras del mismo tipo, sino que tiene limitaciones.
La gran ventaja de Conin es en primera instancia no ser el destinatario original de esa comida: comedores ya organizados mayoritariamente en lo que conforma el espacio de las “organizaciones sociales”.
En segundo plano, ser una ONG oscurantista, que niega realidades científicas y que milita en contra de derechos. Su titular, el médico Abel Albino, militante de la ultracatólica Opus Dei, es conocido por haber declarado ante el Congreso de la Nación en el 2018 que el preservativo no servía para prevenir el contagio del SIDA, ya que el virus “atravesaba la porcelana”.
Quienes niegan la “perspectiva de género”, y la descalifican nombrándola como ideología, se roban el alimento de los más vulnerables y solo lo entregan a quien de alguna manera certifica adscribir a concepciones políticas, ideológicas y hasta filosóficas que cimienten posturas anti género y anti derechos.