(Por Fernanda Giribone/APL) Ivo Rodrigo Torres de 22 años se encontraba en La Quiaca, volviendo en moto a su comunidad con hojas de coca y turrones, cuando fue perseguido por 4 gendarmes del escuadrón 21, quienes le dispararon con armas de fuego. Murió a los pocos minutos. Rodrigo era un joven indígena, campesino y estudiante de la carrera de Turismo.
Al igual que Fernando Gomez, bagayero asesinado en diciembre en Salta, Rodrigo perdió su vida por la militarización de la frontera. Esta es la política de Bullrich que, maquillada de combate al narcotráfico con el Plan Güemes, persigue y asesina a pobres, jóvenes y originarios. Es la criminalización de la pobreza y la «ignorancia» racista sobre el uso de hoja de coca, que pretende tratarla pasar como un estupefaciente, cuando su consumo es ancestral, y está permitido por la ley. La hoja de coca es sagrada para los pueblos, tiene uso ritual y medicinal, y debe ser respetada, pues su tenencia y el consumo en estado natural «no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes» según afirma la Ley 23737 de 1989.
Repudiamos el asesinato del joven Rodrigo en manos de la gendarmería asesina de Bullrich y exigimos justicia para él y Fernando Gómez.