Los Señores de la Muerte prohibieron acercarse y comer de ese árbol, era un peligroso ejemplo de vida. Una joven adolescente, escucho hablar del árbol, era hija de Reúne Sangre, el jefe de muertos, que sangraba las heridas de los hombres, para que murieran. En la joven se despertó curiosidad y pasión por las cosas que vivían, por eso desafiando todo, fue hasta el árbol con ganas . En medio de la Cancha de Pelota de los Sacrificios, miró con deseo los frutos, en ese momento, la cabeza de Supremo Maestro Mago ,Hun-Hunahpu, habló: “Los frutos de este árbol son mis huesos , mi vida, ¿las quieres todavía?”
–Sí. dijo la joven y alargó su mano, la cabeza de Supremo Maestro Mago lanzo saliva en la mano de la adolescente.
–En esta saliva te he dado los que seguirán mi camino, mi posteridad. Y así fueron engendrados Maestro Mago y Brujito, Hunahpú e Ixbalanqué, los gemelos hijos de los derrotados.
Los Señores de la Muerte, jefes del reino de Xibalbá, se enfurecieron , la vida era lo que más los ofendía. Su sentencia fue cruel, la joven debía morir en sacrificio, su crimen era imperdonable. La tarea fue encargada a los 4 Búhos mensajeros, que llevaban el cuchillo de obsidiana para matarla. La joven desconsolada pidió piedad a los Búhos, estos se conmovieron pero los amos de Xibalbá les habían mandado traer el corazón de la muchacha en el fondo de una copa.
Los mensajeros tomaron entonces el fruto de un árbol y lo empaparon con su savia, el fruto era rojo, se hinchó y enrojeció la savia como sangre. Dejaron ir a la joven y llevaron la copa a Supremo Muerto que creyó que era el corazón que había pedido y lo quemó para que debajo del mundo, el reino de los muertos no quedará nada de aquella que había engendrado vida.