La memoria selectiva

En el comunicado, HLP, sostiene que: “Sólo para refrescarle la memoria al dirigente K, y sólo mencionando las represiones con víctimas fatales, diremos en base al archivo de Correpi que durante la presidencia de Néstor Kirchner fueron dos los asesinados en la represión a manifestaciones o movilizaciones: Luis Marcelo Cuéllar, en 2003, en una marcha a la comisaría de Libertador Gral. San Martín, Jujuy, donde otro joven había muerto en la tortura, y Carlos Fuentealba, en Neuquén, durante la huelga docente. Pero además, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, la cuenta asciende a 19: El trabajador del ajo Juan Carlos Erazo, en 2008, en Mendoza; el joven Facundo Vargas, en Pacheco, durante una movilización contra el gatillo fácil; Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco, en 2010, en igual circunstancia, pero en Bariloche; los Qom Mario y Roberto López en 2010; Mariano Ferreyra, en el ataque a los trabajadores ferroviarios en 2010; los tres asesinados en la represión del Parque Indoamericano en 2010; en 2011, los cuatro muertos en el desalojo de las tierras del Ingenio Ledesma, en Jujuy y Cristian Ferreyra en Santiago del Estero”.

Más adelante, Hijos afirma “en 2012, la cifra creció con Daniel Solano, trabajador de la fruta desaparecido por negarse a denunciar a sus compañeros en Río Negro, Miguel Galván, campesino asesinado en Santiago del Estero, en 2013 con el caso de Gerardo Gabriel Tercero, asesinado por gendarmería en un corte de la ruta 50, en Salta. Y el caso más reciente, que Yasky debe recordar aunque no menciona, fue el de Ángel Verón, integrante del MTD No al Desalojo muerto a golpes por la policía de Capitanich en una cacería desplegada en octubre de 2015 en la Ruta 11 al km 99”.

Luego, el organismo expone que: “Como apuntó el periodista Oscar Castelnovo, de la Agencia Para la Libertad, la gestión Macri no tardó en tener su primer muerto a manos de la represión policial: Lucas Fuentes, de 20 años, fue asesinado el 10 de diciembre pasado en la comisaría de General Mosconi, Chubut, por denunciar los policías que lo habían torturado en la comisaría 3ª”.

Finalmente, Hijos La Plata subraya que “todavía las gestiones K siguen siendo las más represoras desde 1983 a la fecha, con más de 3 mil casos de personas asesinadas por los aparatos represivos federal o provinciales y más de 80 desapariciones forzadas. Si el ajuste sólo cierra con represión, para los que pretenden volver a “resistir” tras 12 años de obsekuencia la desmemoria cierra con mentiras”.