(APL)Florencia Magalí Morales fue detenida en una calle de Santa Rosa de Conlara, este domingo, luego llevada a la Comisaría 25º y horas después apareció ahorcada en la celda con el cordón de la capucha de su buzo. «Ellos la mataron, Florencia no se suicidó», aseguró una fuente a la APL. A la vez, su hermana, Andrea, afirmó al medio «La marea» que está angustiada y que reclama desde Mendoza -no puede viajar por la cuarentena-, con mensajes en las redes y audios de WathsApp: que se investigue bajo la carátula de homicidio. Que su hermana sabía “cosas” de uno de los policías de la comisaría. Que el cuerpo no ha sido preservado según protocolos de investigación para la obtención de pruebas, que está ya enterrado en el cementerio. A su vez, desde la APDH-Regional San Luis, remarcaron en un comunicado que “ya habíamos advertido a las autoridades de casos de abuso policial, y vemos cómo en medio de la confusión de la lucha por la salud, algunos quieren que la cuarentena se convierta en Estado de Sitio, y avanzar sobre los derechos humanos y sociales más elementales». Luego, la APDH-San Luis afirma que: «Florencia Morales tenía a su cargo dos hijos, y a la nieta de tres años. Despedida hace unos meses, y víctima de violencia de género. Por todo ello, merecía más que muchos la asistencia del Estado, y la necesidad de cuidar de ella, pero aún así, murió sin ver a sus hijos, privada de justicia, y rodeada del desamparo de toda la sociedad”.
Florencia había transgredido la cuarentena el domingo y, según el informe policial, “intenta fugarse lo que motiva que intercedan la agente Torres, Yohana y Oficial Principal Ontiveros, con quienes se produce un forcejeo, ante tal situación y debido a la violencia que presentaba dicha ciudadana se suma al proceder el Oficial Principal Mancilla, Daniel quien recibe un rasguño en una de sus manos”.
Si bien las autoridades policiales impulsan la inverosímil versión del suicidio, el Juzgado de Instrucción en lo Penal, Correccional y Contravencional, a cargo del juez Jorge Pinto, lleva adelante la investigación.
En tanto, para diversas organizaciones antirrepresivas y de derechos humanos, no caben dudas: A Florencia la mató la policía.