(Por Fernanda Giribone/APL) Carlos Pedro Blaquier, emblema de la responsabilidad civil y empresarial, en crímenes cometidos durante la última dictadura cívico-militar, murió impune. Pese a la catarata de pruebas que se tenían en su contra, vivió hasta el último día como quiso, incluso ser cliente VIP de una secta prostituyente que sometía mujeres jóvenes a la servidumbre y la explotación sexual (la Escuela de Yoga Buenos Aires organización mafiosa de prostitución, trata, lavado de dinero)
Esta escandalosa impunidad que siempre lo envolvió desnuda tanto la inviolabilidad del poder económico, que aún hoy domina la región al mejor estilo feudal, como la persistencia de los intereses de quienes impusieron el Terrorismo de Estado.
Blaquier, el ex dueño del Ingenio Ledesma SAAI, junto a Alberto Lemos, ex administrador, se encontraba acusado de proveer información y propiciar apoyo logístico y material para concretar los hechos represivos de “la noche del apagón” en Jujuy. Lo que se destaca en esta acción -a diferencia de otros tantos de la dictadura-, es el marcado y claro rol protagónico de la empresa Ledesma, que actuó digitando el accionar de las fuerzas represivas. Porque las fuerzas armadas y la policía, procedieron junto al personal directivo del Ingenio Ledesma, quienes marcaban las casas de las personas a secuestrar, asimismo la mayoría de los detenidos fueron transportados en las mismas camionetas del Ingenio.
Pese a esto, y aunque la participación de la empresa en el genocidio fue probada sobradamente, la justicia burguesa nunca condenó a Blaquier. En 2012 fue procesado por los secuestros de la apagón, sin embargo, las maniobras legales perpetradas por sus abogados en complicidad con la justicia, impidieron que el juicio avanzara.
Y así, Blaquier y Lemos, fueron sobreseídos en 2015 en un fallo irregular de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal. Y si bien este fallo absolutorio del 2015 fue revocado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2021, el hecho de que se dejaran pasar 6 años, volvió imposible la inclusión de Blaquier y Lemos en el último juicio por crímenes de Lesa Humanidad que se realizó en la provincia, puesto que para ese entonces, el debate ya había iniciado.
Inviolable, como solo los poderosos de verdad lo pueden ser, su muerte es símbolo de la impunidad también de todos los gobiernos que impidieron su cárcel común y efectiva.
Blaquier, que convirtió a Ledesma en uno de los mayores grupos agroindustriales del país fue artífice del plan económico de la ultima dictadura, y un personaje clave del establishment y la política. Murió impune uno de los “dueños” del país, que impuso la Dictadura, ese plan sistemático de Terrorismo de Estado para ejercer el poder represivo contra los trabajadores y sus organizaciones, que incluyó cárcel, asesinato y tortura; robo de niños y desaparición de personas.