El hombre era padre de una niña de tres años, un niño de cuatro y su esposa, Anam García (20), quien cumple una condena en la cárcel de mujeres por un intento de robo, está embarazada de dos meses.
“El jueves de la semana anterior él se enteró durante la visita que mi hija está esperando un bebé. Ella está en la Unidad 4 y pasaba a tener visitas con él”, contó Sosa.
“Nada justifica la forma en que lo mataron, con tanta saña. Estaba pagando por un error que cometió. No era un hombre conflictivo. Al contrario, si tenía un kilo de azúcar lo compartía. Había recibido un subsidio. Gente de Cerrillos le hacía llegar cosas. Él hacía artesanías de madera para vender, para sus hijos. Siempre contaba que en el 2017 iba a salir para verlos”, expresó.
Extraño
Durante el reconocimiento del cadáver los familiares de Ortiz observaron que las únicas partes del cuerpo que no estaban quemadas eran el cuero cabelludo, los párpados y los pies. “Me llamó la atención que su cabeza y los pies estaban impecables. Quizá estuvo acostado cuando lo lastimaron, o tenía zapatillas. Quería sacarle una foto, pero me descompensé”, sostuvo Sosa.
Según fuentes extraoficiales, el viernes por la noche hubo conflictos en el penal e Infantería ingresó. En un momento, Ortiz fue al baño. Todos lo vieron salir vivo, pero algo desconocido sucedió en el trayecto hacia el pabellón M, sector conocido como “de máxima seguridad”, lugar al que los presos no pueden pasar.
“Hubo ruidos y los gritos de Ortiz, pidiendo ayuda se escucharon hasta el pabellón grande y la cancha. Incluso llegaron a oírse en la cárcel de mujeres. Los demás internos golpeaban las celdas al ver el humo. Vecinos de la zona aseguraron que esa noche hubo mucho movimiento fuera de la cárcel”.
Ortiz fue trasladado al hospital San Bernardo el sábado a las 1. Allí agonizó hasta las 6.30.
Sus familiares recibieron un llamado telefónico del Servicio Penitenciario a las 10. “Le avisaron a uno de sus hermanos, que vive en el barrio Nueva Esperanza, de Cerrillos, que estaba en el hospital. Ellos fueron ahí pero ya había muerto, supuestamente por un paro cardiorrespiratorio”, contó Sosa.
“En el penal están sucediendo cosas raras. Hace unos días secuestraron dos teléfonos celulares y hasta un arma de fuego con municiones”, añadieron fuentes extraoficiales.
La versión oficial.
“En un comunicado el Servicio Penitenciario dijo que mi yerno estaba castigado y que quemó su celda, que los efectivos sofocaron el incendio, lo auxiliaron y lo asistieron en la enfermería, pero eso es mentira. Con quemaduras en el 100 por ciento del cuerpo no pueden decir que fueron en el acto a ayudarlo. Lo dejaron tirado como perro”, sostuvo.
“¿Dónde estaba el jefe de día cuando a mi yerno lo masacraban? Dos celadores fueron separados de sus cargos, pero aquí no hay dos ni tres culpables, hay más y tienen que pagar por lo que hicieron. No quiero que esto quede así. Voy a hacer la denuncia y conseguir un abogado para que se sepa la verdad”, hizo hincapié Sosa.
La esposa de Omar. Anam García es esposa de Omar Ortiz y podría recuperar su libertad en dos semanas. “Ella cayó en el paco cuando a Omar lo detuvieron. Estaba embarazada de tres meses. No supo manejar su vida sola. Ella se enteró el sábado lo que pasó. Se puso como loca. Está con tranquilizantes. Le dije que no se medique por el bebé. Es difícil la situación. Omar era su contención, fue su primer novio, el padre de sus hijos”, dijo Lila Sosa.
Fuente: El Tribuno