En la madrugada del 17 de febrero, un muchacho de 18 años fue arrestado por efectivos de la Comisaría Séptima de esta capital, luego de que, presuntamente, robara una moto. Horas después apareció muerto en el tristemente célebre pasillo interceldas de la comisaría 7ª (allí donde se produjera hace ya varios años, un incendio que terminó con la vida de tres jóvenes – y un adulto con severas quemaduras).
Se trata de David Encinas de tan solo 18 años quien ingresó a la comisaría llevado por fuerzas del GRIM I (Grupo de respuesta inmediata motorizada, de la Policía de Corrientes) tras un supuesto robo de una moto, alrededor de las 4 de la mañana, y fue encontrado ahorcado a las 6:30 am , colgado de un cordón de zapatillas (no las propias que eran con abrojos) de la parte superior de las rejas abiertas de las viejas celdas, hoy ocupadas como depósito, con motos, bicicletas, material de descarte, cables, alambres y sogas, entre otros elementos.
Todo está “oferta” estaba al alcance y libre disponibilidad de este niño, de 18 años, con graves problemas de salud y adicciones, ya que al decir de la propia policía, ya tenía varias internaciones en centros de salud mental, graves problemas de adicciones, y antecedentes de intentos de suicidios en su corta vida. Investiga los hechos el fiscal Buenaventura Duarte y el juez Leandro Maciel del Juzgado de Instrucción Nº 4.