Con diferencias en la cantidad de cajas de municiones y sin afirmar que se trató de munición de plomo, Susana Corona Sambueza y Juan Pablo Siris, de la Brigada de Investigaciones para junio de 2010, confirmaron un elemento central para la hipótesis de la Fiscalía y las querellas de las víctimas: quien fuera que estuviera al mando del dispositivo policial envió a buscar munición a una empresa privada que no usa balas de goma antitumultos.
A la vez, estos testigos por primera vez se abstienen de exponer y repetir la hipótesis del caos y del presunto eminente peligro para la vida propia como excusa para no declarar con detalles. Dos de ellos, Siris y Miranda, de diferente modo, permitieron a la sala acercarnos a las condiciones materiales concretas que vivieron algunos de los efectivos ante la conducción operativa errática sino directamente ausente de la Jefatura en una jornada “excepcional”, como calificó un testigo esta semana.
Cuando recién se cumplieron 8 de las jornadas prevista hasta el 24 de octubre inclusive en principio, recién hoy parece posible que algunos quiebren el pacto de silencio y lealtad al bloque de Víctor Cufré.