Repudiamos el ataque recibido por el compañero Rubén «Pollo» Sobrero

La medida había sido convocada por los Jefes de Trenes, quienes llamaron a parar el servicio por 24 horas en reclamo porque se separe del servicio a los grupos de seguridad privada debido a su accionar cotidiano como grupo de choque contra los pasajeros y los trabajadores de la línea. Estas “brigadas” – que por lo general son servicios privados administrados por oficiales de la Policía retirados y/o jubilados-, se suman al estado de militarización en el que se encuentra permanentemente el servicio de la mano de la Policía Federal y la Gendarmería Nacional, y el país a lo largo y a lo ancho, de la mano del Gobierno Nacional.

No nos van a hacer creer que se trata de un hecho aislado. En el marco de un paro efectuado a dos días de las elecciones nacionales, provinciales y municipales por un Cuerpo de Delegados opositor al gobierno y a la burocracia sindical, este tipo de prácticas tienen nombre y apellido: carnero y patota. No hace falta que demos hartos ejemplos; basta con recordar el accionar y la responsabilidad material y política de la patota de la Unión Ferroviaria Lista Verde de José Pedraza en el asesinato del compañero Mariano Ferreyra en 2010. Es la represión tercerizada, la que se descarga sobre el pueblo trabajador con grupos de choque que cumplen la misma función que el aparato represivo del Estado, pero sin pagar costo político.

Es por esto, por los palos que nunca se fueron y que cada día llegan más, y de distintas formas, que debemos redoblar nuestros esfuerzos, con vocación de unidad, organización y lucha.

Repudiamos el ataque recibido por el compañero Rubén “Pollo” Sobrero. Expresamos todo nuestro apoyo y solidaridad, y nos ponemos a disposición ante cualquier cosa que pudiera suceder. Hacemos responsables a los gobiernos nacional y provincial por su seguridad.

¡Basta de perseguir y reprimir a los que luchan!