Resultados de la convocatoria abierta para establecer estrategias de lucha por el feminicidio de Camila Flores

(Por Soledad Olmos/APL) El pasado sábado se desarrolló una reunión de forma virtual que invitaron familiares de Camila Flores y donde participaron Marisa Rodríguez mamá de Luna Ortiz (víctima de feminicidio y red de trata) y Lisette Fernández hermana e hija de Micaela y Nancy Fernández ambas asesinadas por una red de trata y narcotráfico; como así también docentes agremiadas al sindicato de Suteba, militantes de la agrupación Isadora, entre otras. Camila Flores de 20 años de edad (vecina de San Fernando, Buenos Aires) fue asesinada y su cuerpa encontrado en cercanías del domicilio que compartía con Sergio Damián Boetti y la madre de éste (Graciela Barrios) en San Guillermo el 10 de diciembre de 2020. En el feminicidio de Camila además de estar involucrado Sergio Boetti, y su madre, lo está una hermana del feminicida, Verónica Boetti perteneciente a la policía de Santa Fe.

Analía es la mamá de Camila y dando comienzo a la reunión detalla minuciosamente todo lo que sucedió con su hija de 20 años en San Guillermo provincia de Santa Fe, reitera una y otra vez que no se trató de un suicidio como quiere imponer la familia del feminicida. Además, relata como desde un principio la policía local de San Guillermo actuó para ocultar el asesinato de Camila con la colaboración del agente Elio José Godoy; y que el encubrimiento se produjo gracias al accionar de integrantes de la comisaría 5ta y también de la policía de una localidad vecina, Suadi (donde se desempeña la hermana Sergio Boetti) y a la actuación de la jueza y la forense en la causa.

Con gran resignación narra que existe une sole testigue en la causa que declaró lo que presenció esa noche, quien dice haber visto como Sergio Boetti se acercaba a los gritos al lugar donde luego fue encontrada Camila y los movimientos sospechosos de la policía local como así también de la hermana del feminicida Verónica Boetti buscando desesperadamente algo que se supone era el celular de Camila; el cual luego fue encontrado en los genitales de su hija y se pregunta: ¿alguien que se quiere suicidar esconde su celular?.También comenta que ese testigue se encuentra vigila de todo el tiempo.

La mamá de Camila está convencida que la asesinaron en la casa de él y que se encargaron de sacarla, llevarla a un terreno baldío y armar ahí la escena. Versión que coincide con lo que varies vecines quienes relataron que observaron como Sergio Boetti junto a su mamá maniobraban una bolsa en una carretilla, simulando estar sacando basura y también movimientos extraños de la policía; sin embargo, en San Guillermo son seis los homicidios sin resolver en el último tiempo por lo cual solo une testigue declaró en la causa por el temor a las consecuencias. Hay además otro caso atroz en San Guillermo donde descuartizaron a una mujer y taparon ese feminicidio lavando la escena del crimen.

Analía continua: Camila el día que la asesinaron se comunicó con nosotros para preguntarnos por el permiso para poder circular, y más tarde nos dijo que instaló la app pero que finalmente no logró hacerlo. De ese día tiene las capturas del celular donde dice que no puede salir del baño, que se encuentra pasándola mal y que se quiere volver a Buenos Aires. Además, al mismo tiempo supo que en esos días se comunicó con un amigo al cual le dijo que pronto volvía a su casa.

La reunión se convierte en una charla entre madres que coinciden en el mismo dolor, en esa situación que no tiene denominación. Y que a la ausencia de un hije se suma que su muerte se produjo en un contexto de violencia, donde esa angustia se profundiza por la falta de justicia y por el accionar del Estado que actúa en cada feminicidio como garante de quienes cometen estos asesinatos a través de sus instituciones.

Marisa le pregunta: ¿eso que relatas se tomó como prueba? Porque cada uno de esos detalles indica que Camila estaba siendo violentada. También le pregunta si ella como mamá es parte del proceso judicial.

Analía contesta que desde un principio la jueza Gabriela Weiss les dijo que no era necesaria una autopsia porque no había duda del suicidio; la forense de la causa tampoco pidió una autopsia siendo que nunca vio el lugar donde apareció el cuerpo de Camila, la primera fiscal Emilce Fissore también les negó ese derecho y la segunda fiscal Fabia Aurella les dijo en una reunión por zoom: “no deja de ser una niña de 20 años que se quitó la vida” para luego desdecirse y negar esa declaración. Además, dice que es el segundo caso similar en San Guillermo donde quieren hacer pasar por suicidio un femicidio.

En su relato continúa: la cuerpa de Camila fue encontrada en el piso, y lo que teóricamente usó para suicidarse se encontró en su frente. Que tanto policías como vecines allegados a la familia del feminicida modificaron la escena donde la droga y el poder sobrevuela todo el proceso de investigación y las primeras horas luego del asesinato.

Y que después de la insistencia de la familia y producto de la presión ejercida por vecines en redes sociales se logró que exhumen de la cuerpa y que el 22 de diciembre de 2020 se realice la autopsia, pero todavía no están los resultados; además que estuvieron cinco días esperando en Santa Fe al forense Ortega siendo que el doctor Pinpinella podía realizarlo debido a su competencia por ser el director de la morgue de Santa Fe y  que en el momento de la autopsia tanto ella como el papá de Camila (José) se sintieron en peligro.

También explica que tampoco se realizaron pericias a los celulares, ni a la computadora del feminicida, ni a la nota que según familiares de éste Camila habría dejado y mucho menos de las cámaras de seguridad que están dispuestas frente a su casa; o por lo menos ellos como familiares no tienen conocimiento de esos resultados. – “todo el derecho a prueba me lo niegan”. Yo sé que ella quería venir, que nunca pensó en un suicidio y que estaba siendo amenazada, tengo sus mensajes de WhatsApp diciéndomelo ese mismo día”. Inclusive me enteré por vecines que Camila estaba haciendo tareas de barrido para el municipio, un trabajo que le correspondía hacer al feminicida y que tenía las manos ampolladas, estaba secuestrada.

Marisa comenta que cada Municipio es autónomo en la decisión de mostrar las cámaras y el tiempo de “reserva” de las grabaciones de las mismas y que junto a otres familiares de víctimas han presentado en Tigre un proyecto de ordenanza municipal para exigir las cámaras de seguridad (el cual se encuentra “cajoneado”). También agregó queremos demostrar que los fiscales pueden equivocarse no haciendo lugar al pedido de las cámaras de seguridad y que les familiares deben tener acceso a ese derecho.

Y prosigue explicando detalladamente de cómo deben  actuar familiares en estos casos, donde la experiencia fue adquirida por atravesar el feminicidio de su hija Luna Ortiz en 2017 que con 19 años de edad fue abusada en manada y encontrada sin vida en la casa de Isaías Villareal en Benavidez, uno de sus feminicidas y único detenido; que luego de un repudiable fallo fue condenado por abandono de persona pero que en la actualidad la cámara de Casación de La Plata está por dejarlo en libertad haciendo caso al reclamo del feminicida. Marisa exige el cambio de carátula por el de feminicidio, la condena de Isaías Villareal, de todos los cómplices que asesinaron y abusaron de su hija y que se abra una investigación por la red de trata que tenía captada a Luna.  

Marisa se dirige a Analía: nosotros queremos justicia por Camila, ellos te quieren callar y no pueden negarte como mamá saber qué pasó con tu hija; tendrías que buscar casos parecidos y saber que otros casos tienen los fiscales que actúan en la causa. Nada es imposible ahora es el momento porque está la investigación en curso, tenemos que demostrar todo lo que sabes que estaba viviendo tu hija, todo tiene que ser parte de la prueba. 

Al Estado no le conviene que haya justicia por nuestras hijas: “se la buscó por loca te dicen”. Necesitamos una perspectiva en género del poder judicial; creó que luchando todo se puede, pero tenemos que organizarnos y hacer una campaña nacional “NO FUE SUICIDIO FUE FEMICIDIO”. Y buscar una abogada que vaya por todo, es esencial leer la causa, encontrar una estrategia y un abogado sabe por dónde, ahora hay que activar, en un juicio ya no se puede hacer nada. Es imprescindible buscar a un letrado de allá (de una organización podría ser) y que se aguante la presión. Además, si asuntos internos está involucrado en la investigación por la complicidad de la policía, te tienen que llamar e informar lo que están haciendo.

Laura Otamendi es docente y pertenece a Suteba Tigre y expresa: Analía no estás sola, vamos a acompañarte, y con el tiempo seguramente se van a sumar más organizaciones; caernos nos caemos pero nos levantamos, la lucha y el acompañamiento son parte de este camino. Me enorgullecen ustedes las madres, les familiares que van siempre para adelante.

Lisette es hermana de Micaela e hija de Nancy Fernández, ambas asesinadas por una red de trata y narcotráfico que era comandada por Dante Pato Cenizo en Gral. Pacheco (Las Tunas) partido de Tigre. Ella le expresa a Analía cuenten conmigo para acompañarlos, para hablar, sé que la ayuda nos sirve, si no estamos solas.

Analía concluye la convocatoria expresando con profundo dolor: es tan difícil, ella era tan familiera, le encantaba la música y cantar; era la más chica de la familia, y la única en común con mi marido. Siempre nos demostraba su amor, quería ayudar a todo el mundo, inocente y puro amor; me seguía pidiendo pijamas de dibujitos. Camila no se merecía que me la devuelvan así.

El asesinato de Camila es uno de los tantos feminicidios ocurridos en Argentina y el Abya Yala por el hecho de ser mujer, pobre, originaria, disidente sexual y/o niñe. Y como en tantos otros el feminicida y su circulo cercano intentan consolidar su coartada e imponer la idea del suicidio. Una persona que está expresando el ejercicio de la violencia sobre su cuerpa, que está diciendo que necesita volver a su casa, que esconde su celular en sus genitales es una persona que quiere huir de ese contexto y no suicidarse. 

En el feminicidio de Camila como en tantos otros todas las instituciones estatales actúan en sintonía con el feminicida, en este caso está involucrada la policía de Santa Fe, el poder judicial y al cumplirse ocho meses de su asesinato no se saben los resultados de la autopsia que en un primer momento fue denegada sistemáticamente por la primera fiscal Emilce Fissore y por la jueza de la causa Gabriela Weiss.