Sobran los motivos

(Por Javier Iglesias/APL) En la conmemoración de la noche de los lápices, porque en la comisaría 3ra de Lanús, en el barrio de Valentín Alsina, estuvieron detenidos algunos de los jóvenes que osaron pedir un boleto de colectivo para quienes estudian en el nivel secundario, quienes también militaban en organizaciones estudiantiles revolucionarias, motivo suficiente para la dictadura cívica militar eclesiástica empresarial, torturarlos y desaparecerlos, Daniel Racero, Horacio Ungaro, Claudio de Acha, Francisco López Muntaner, María Clara Ciocchini y María Claudia Falcone.
Ayer, 16 de septiembre se marchó a dicha comisaria, delegación policial que estuvo incluida en lo que fue llamado el circuito Camps, operaba en una buena medida a pasar a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) a detenidos en centros clandestinos, pero también en una vinculación directa con la fábrica Campomar, ubicada a solo tres cuadras de ahí, donde funcionó como centro clandestino de tortura y desaparición de personas.
Nilda Loy fue una sobreviviente de este armado macabro entre la policía bonaerense y el estado mayor conjunto, ella cumplió un rol clave para reconocer estas actividades en la localidad de Lanús, en sus testimonios deja bien claro cuál fue la función de ese destacamento, donde también estuvieron detenidos los estudiantes que fueron secuestrados, en el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), se indica que “los adolescentes secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos centros clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5ª, 8ª y 9ª de La Plata y 3ª de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires”.
Se caminó desde la entrada de la fábrica hasta la puerta de la comisaria, una casa oculta en el barrio, si no estás cerca es difícil de identificar, aunque tenga una placa donde señala que los crímenes cometidos en ese establecimiento pareciera que se camuflada en medio de la cuadra.
Pasaron varios oradores, entre ellos Eduardo Castellano, compañero de Julio López, quien relató las barbaridades sufridas a manos de quienes se arrogan el cuidado de la ciudadanía allá en la ciudad de La Plata.
Lo que pide la comisión de vecinos es que se retire a los polizontes y se destine a un espacio que propicie la memoria, con el objetivo de que nunca se olvide las atrocidades que allí se cometieron, porque la violación de los ddhh no debería ser algo que se pase como si nada, que un cartel en a puerta no sirve cuando las practicas continúan vigentes de estos seres detestables. Se necesita una construcción del recuerdo más nefasto de la historia de ésta región. Así lo sienten y lo piensan los que integran la comisión vecinal y quienes apoyan estas iniciativas reivindicantes de la organización y luchas de los pueblos.