UNA LIBERTAD QUE ENCADENA Y UNA IZQUIERDA QUE LIBERA

Por Oscar Castelnovo/ APL) El marketing político bautizó “La Libertad Avanza” a lo que, en verdad, es la más brutal ofensiva contra los derechos conquistados por el pueblo trabajador. Javier Milei y Patricia Bullrich se disfrazan de adalides de la libertad, pero la libertad que pregonan es la del empresario para explotar sin límites, la del capital financiero para fugar millones mientras la mayoría apenas sobrevive, la del represor para amordazar la protesta social. Es una libertad contra el pueblo.

Detrás de las frases gritadas y los shows televisivos, lo que late en Milei es el viejo dogma de la oligarquía: destruir el salario, arrasar con la educación y la salud públicas, privatizar hasta el aire que respiramos. Y en Bullrich, el brazo armado de ese proyecto: más balas, más cárceles, más represión estatal. No hay novedad en sus recetas: son el reciclaje de las políticas que nos hundieron en la miseria en los ’90, con el agravante de un odio desenfrenado hacia los movimientos sociales, las mujeres, los jubilados, la juventud y todos los que luchan.

Pero sería un error pensar que la única amenaza está en la derecha explícita. El peronismo, que hoy se presenta como dique de contención frente a Milei y Bullrich, en realidad fue quien abrió la puerta a este escenario. Durante estos años, el Frente de Todos gobernó con el mismo FMI que condena a generaciones enteras a la pobreza, ajustó los salarios y jubilaciones, mantuvo intacto el poder de los grandes empresarios y reprimió la protesta social cuando fue necesario. El resultado es el desencanto masivo: millones de trabajadores y jóvenes que, con razón, no encuentran en el peronismo una herramienta para transformar sus vidas.

El peronismo ya demostró que puede tener un discurso popular pero una práctica de sumisión al poder económico. Allí está la contradicción: promete defender al pueblo, pero lo ata de pies y manos a las recetas de siempre. Así, termina allanando el camino a la derecha rabiosa, porque el malestar social que provoca su fracaso es el terreno fértil de Milei y Bullrich.

Frente a esa derecha sedienta de privilegios y un peronismo que ya probó sus límites, surge con firmeza una alternativa distinta: el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad. Myriam Bregman entre otros compañerxs, encarna la voz clara, honesta y valiente de quienes no se resignan. Abogada de derechos humanos, defensora incansable de los trabajadores, referente de las luchas feministas, Myriam no habla solo desde un estudio de TV sino desde las calles, allí donde se pelea de verdad por justicia.

Votar al FITU es apostar por un país donde la libertad no sea privilegio de unos pocos, sino derecho colectivo. Construir una herramienta política que represente las necesidades de los trabajadores y el pueblo para defender la libertad de tener un trabajo digno, de estudiar en una escuela pública de calidad, de atenderse en un hospital sin que te cobren, de protestar sin que te disparen. Es elegir a quienes nunca se vendieron ni pactaron con los poderosos, a quienes dicen lo mismo en campaña y en el Congreso, a quienes construyen día a día una fuerza desde abajo.

En tiempos ásperos, cuando la derecha con discursos “antisistema” se disfraza de algo distinto para reforzar el sistema más injusto, y el peronismo se enreda en su doble discurso, sostener a verdaderos opositores, al Frente de Izquierda es también un acto de justicia política: defender a las mayorías, creer que otro futuro es posible, pelear con convicción y con amor por los de abajo.

La verdadera libertad no avanza con motosierra ni con represión. Avanza con organización, con solidaridad, con lucha. Las Listas del FITU están integradas por trabajadores y luchadores.  Militantes de izquierda, con años de trayectoria en la lucha por los Derechos Humanos, la defensa del salario digno, la educación y salud estatal, están allí para recordarnos que el pueblo no está condenado a elegir entre verdugos ni a resignarse a falsas alternativas.

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