Zainuco reclama por derechos vulnerados de los presos

Desde hace semanas, integrantes de Zainuco asistimos a la Unidad 11 a fin de entrevistarnos con dos internos que solicitaron nuestra presencia. Esos mismos fueron las víctimas que la institución trasladó arbitrariamente a los pabellones cuando estaban alojadas en las casas de pre egreso para alojar allí a policía. También son quienes reciben las amenazas de que les sucederá “lo mismo que a Ibazeta” (asesinado por la policía).

El 5 de mayo, concurrimos a la unidad de detención, donde esperamos una hora sin éxito para poder verlos. El 12 fuimos nuevamente, y la respuesta de la guardia de turno fue que no querían salir para entrevistarse con nosotras. Días después, uno de los internos se comunicó telefónicamente e informó que nunca le avisaron que estábamos en el lugar.

A uno de los que reclama nuestra presencia –reunión que no podemos concretar gracias al accionar policial- le retiraron las frazadas y elementos de abrigo, cuando está haciendo un promedio de 10°C y los pabellones de la unidad no son precisamente cálidos. Vale agregar también que el hombre se traslada con muletas por una discapacidad.

A otro interno, que había sido trasladado a la comisaría 3ra por estar ya con salidas transitorias, volvieron a meterlo en la U11 diciéndole que lo hacían “por orden de Zainuco”, en relación a un habeas corpus presentado por esta agrupación hace más de dos años que de ninguna manera pretendió acotar beneficios y, cabe aclarar, no establece en dónde debe permanecer.

La policía no deja de presentar ante los presos versiones para desacreditarnos y hacerles creer que es perjudicial que mantengan contacto con nosotros y con nosotras. No es la primera vez que sucede, el episodio más cercano en el tiempo es la sanción acaecida sobre Ana Maldonado y Blanca López tras acusarlas falsamente de introducir una sierra a la unidad para un interno; sanción contra la que ya fueron presentados recursos por esta agrupación.

Desde Zainuco denunciamos el accionar arbitrario y violento de la policía, que maltrata y humilla constantemente a los internos desproveyéndolos de algo tan básico como su abrigo, el beneficio de estar alojados en otros espacios por haber cumplido ya parte de su condena, la posibilidad de comunicarse personalmente con organismos de derechos humanos.
Insistimos una vez más que no es casualidad que las y los únicos que puedan ingresar a la cárcel sean predicadores de religiones.
Exigimos el ingreso a todos los sectores de la unidad. Exigimos poder entrevistar a todos los internos que lo soliciten. Exigimos que se respeten los derechos de los presos y que se garantice el derecho de protestar ante el sistemático incumplimiento de los mismos.

Ni un pibx menos. Un pibe o una piba en la cárcel, también es un pibe menos.

ZAINUCO