Cárcel “nueva”: las mismas mañas, pero más lejos

 (Por Hilda Presman/ Red de Derechos Humanos) Bajo una intensa lluvia, sin refugios, sin baños, a expensas del escaso transporte público, este sábado, los familiares de las personas privadas de la libertad esperaron por horas  ingresar a las instalaciones del nuevo complejo penitenciario de Laguna Brava en pleno descampado, a 21 km de la Ciudad. Esto viene sucediendo desde los  primeros traslados, hacia fines de agosto a  esta cárcel, enunciada como modelo en los avisos de campaña. Todavía no llegaron los intensos calores y fue el primer día de lluvia intensa.

Los atrasos en el ingreso y en la requisa previa al encuentro con sus familiares les quitan entre 1,30 y 2hs de las 4 de visita permitida cada 15 días. Esta situación, el recorte en días y horarios de visita en relación al régimen de visitas para fortalecer lazos familiares que tenía la vieja unidad de Avenida 3 de Abril , el restrictivo cambio de régimen, con endurecimiento en las comunicaciones, trato, escasez de comida, problemas cloacales y  letrinas  tapadas ( con menos de dos meses de uso),  dificultades para acceder a servicio de salud adecuado, actividades educativas y productivas, con menos horas de estudio y menos espacio para estas actividades,  ayer  provocaron un estallido de protesta en algunos sectores del penal.  De nuevo represión, disparos, gas pimienta… Golpes y pabellón de castigo… Lo decimos con todas las letras, este estallido, fue respuesta a reclamos no escuchados, minimizados  desadvertidos y ninguneados por el servicio.

Como siempre, la única respuesta es la represión y el castigo,  sin atender los justos reclamos.  El maltrato a las visitas, las restricciones denigrantes a las condiciones de vida intramuros, la  falta de un adecuado servicio de salud, son  responsabilidad del Estado, que traslado a todos los presos de la vieja unidad, a un lugar lejano, poco accesible, recorto comunicaciones y encima reprime cuando reclaman. Las responsabilidades  bajan desde la cabeza del gobierno al ministro a funcionarios de seguridad, al servicio penitenciario. Y a una justicia que , responsable del encarcelamiento, y del control de las condiciones de detención,  no ve, no sabe, o sabe y consiente, estas condiciones pésimas de trato y encarcelamiento.

 Quienes  por  años acompañamos a las personas privadas de la libertad, lo veníamos advirtiendo antes del traslado,    presentamos un habeas corpus una vez que  se detectaron estos problemas en la nueva unidad, y la respuesta fue el rechazo de plano, sin audiencia, sin escuchar las voces de los internos, de sus familiares, de los docentes  o de los civiles que o concurren a esos lugares. Se cocinaron en su  propio jugo, se autonconvencen que está todo bien y que esa cárcel, copiada de los modelos de máxima seguridad de EEUU  sin vincularla a nuestra propia realidad regional y hasta de población carcelarias, era una maravilla… es una maravilla el negociado que harán con la cárcel vieja, y la supuesta “tranquilidad” que les da  sacar la problemática carcelaria del centro inmobiliario y  “turístico” que pretenden en la zona de 3 de Abril y Costanera. 

Y como perlita de cierre, no sé si es el final o es el inicio de todo, el servicio  pone en primer plano como inicio del conflicto, el ingreso de drogas por parte de una visita, que paso la requisa, pasó el escáner, y estuvo con el interno…Lueeeego, antes de ingresar a su pabellón le requisan una fuente con comida que le dejo la visita y ahí “aparecen”  las drogas. ¿Qué pasó? ¿Fallas en la requisa?  ¿se le “chispoteó” al scanner?  O las drogas iban por otra vía, y terminaron en esa fuente…?  ¿No será que en la cárcel nueva  el servicio está disputando territorios de distribución y venta  y responsabilizando a las visitas se saca del medio la “competencia”?

Exigimos que no haya represalias,  investigación   a fondo  sobre los motivos del conflicto, atención médica a los heridos, soluciones definitivas al maltrato a las visitas, garantizar atención médica, trabajo y educación como corresponde, y un control y seguimiento  estricto de las condiciones en que se vive en la nueva cárcel.

Corrientes, octubre 2021

Red Corrientes DDHH