(Por María Itatí Domínguez*) La noche del 15 de noviembre de2020 en la ciudad de Lincoln, provincia de Buenos Aires mi hijo, Eduardo Daniel Guerrero, circulaba en moto por calle Laprida con su pareja, Priscila Agustina Amado y en la intersección con Belgrano fueron embestidos por Juan Manuel Odermatt, miembro de la policía montada de Campana, quien reside en la ciudad de Lincoln. Este policía circulaba en contramano por calle Belgrano, alcoholizado (1,20 dosaje) y a alta velocidad. Mi hijo agonizó 60 días en la terapia intensiva del HIGA ( Junín) y finalmente falleció el 16 de enero de 2021. Él sufrió una contusión pulmonar, aplastamiento de intestinos, rotura de vaso y politraumatismo craneal. Con mi esposo, también padre de la víctima, notamos varias irregularidades en la causa, entre ellas que el Sr. Fiscal Javier Alberto Ochoaizpuro como así también el Ayudante Fiscal demostraron un claro respaldo al efectivo policial en cuanto a no dar aviso a Asuntos Internos de La Plata. Además de no pedir las cámaras de monitoreo de la ciudad, tampoco las cámaras aledañas al lugar.Asimismo, permitir que la misma policía realice las pericias, invirtiendo el sentido de circulación de ambos rodados. El hecho ocurrió a dos cuadras de la plaza principal, en el recorrido previo al hecho mi hijo salió de una farmacia (Palumbo), pasó frente a la plaza céntrica y la Municipalidad ( las cuales también tienen cámaras) hasta llegar a la calle Pellegrini, circuló por esta hasta retomar Laprida. ¿Por qué cuesta tanto conseguir Justicia en Lincoln?
Considero fundamental encontrar Justicia ante tantos hechos impunes que han acaecido en la ciudad de Lincoln. Parece que cuesta involucrarse y tener empatía por el otro, contar lo que viste y no hacerte participe y encubridor de un asesino y de la policía. La gente no toma conciencia del dolor de los demás, le teme a la policía y por lo tanto decide callar, no se compromete y sigue con su vida normalmente aunque sabe que hayan cometido una injusticia, ya que hay víctimas y detrás están las familias de las mismas esperando una respuesta.
Por otro lado están los encubridores, los que hacen la “vista gorda” y buscan ayudar a sus “colegas” sin importarles el daño que causan en las familias de las víctimas y viven en complicidad con los fiscales, jueces, ayudantes fiscales. Parece que lo importante es salvar al asesino y desamparar a las víctimas.
La justicia en esta ciudad cuesta conseguirla porque hay mucho amiguismo que esconde intereses. Además del miedo que tiene la sociedad frente al poder de las instituciones, la mayoría de los medios masivos de comunicación son cómplices directos porque no brindan un espacio a los familiares de las víctimas como así también defender la lucha de estos.
Para finalizar, cabe señalar que el Sr. Intendente de Lincoln, Salvador Ignacio Serenal, tampoco contribuye en la supervisión del correcto accionar de la policía y del Ayudante Fiscal, Juan Martín Camaleonti, quien debería velar por la seguridad de la sociedad, el Sr. Juez de Faltas Leandro Mango encargado de retener los vehículos de las personas que infringen la ley y cobrarles una multa por conducir en estado de ebriedad, aunque sean policías y el Director de la Oficina de Tránsito, el Sr. Oscar Carrizo quien debería suspender e inhabilitar la licencia de conducir de aquellos conductores imprudentes que causaron la muerte a personas inocentes por conducir irresponsablemente. Todas las nombradas son entidades competentes en esta lucha por la Justicia.
En conclusión, los ciudadanos de Lincoln nos sentimos desamparados. Parece que solamente aquellos poderosos, clase alta, tienen “derecho y acceso” a la Justicia.
(*María Itatí Domínguez, es mamá deEduardo Daniel Guerrero, víctima de un policía bonaerense. Ella es miembro de Resistiendo, Colectivo Nacional contra la Represión Estatal)