(Fuente: DiarioTextual.com) Durante muchos años, después del 1 de enero del 2005, tuve un sueño constante. Corría por una calle desierta, pero no avanzaba. Adelante mío estaba mí hermano. No entendía porque el sonreía tan contento y en cambio, yo lloraba sin querer. No entendía porque corría y no avanzaba. Después, dejé de soñar. Y empecé a recordar. Cuando Juli nació yo tenía cuatro años y pasó a ser mí Joly Bell. Juli se sentaba muy aplicado mientras yo en mí pizarrón lo obligaba a leer, porque yo llegaba de la escuela y tenía que enseñarle todo lo que había aprendido, aunque tuviera que enojarme mucho, pero siempre le decía que gracias a mí era tan inteligente. Eso de ser hermano menor trae sus consecuencias.
¿Cómo era Juli? Que recuerdo de él?..los recuerdos no son cronológicos; perdón el desorden: unos días antes del 31 de diciembre compartimos mucho tiempo. Tuvimos una charla caminando de noche cerca de la casa de papá. Me propuso que nos hagamos un tatuaje juntos. El tenía una estrella roja en su pierna. Hoy está replicada en algunos de nosotros. Me contó lo enamorado que estaba de su novia y el deseo de ayudarla a estar bien.
Juli había cumplido 18 años en noviembre, no recuerdo si me contó que quería estudiar. Pero para él , todo lo que tuviese que ver con lo formal le parecía absurdo. No le gustaban las reglas, siempre las rompía. Juli era un rebelde. Le encantaba la música, sus amigos eran sus hermanos. Tenía diversidad de amigos y amigas, de esas amistades que se defienden y se cuidan. Durante diciembre de 2001 estuvo en la calle. Como tantas veces, luchando por lo justo. Y no tengo dudas que hoy estaría militando junto a las mujeres, las disidencias, siempre contra el poder, contras las injusticias.
Nosotros éramos amigos, de esos que no se juzgan, de esos que festejan la felicidad del otro, de esos que se admiran.
El esperó que todos estuviéramos juntos. No pudo más, su corazón dijo basta ese mediodía del 1 de enero. Y yo tengo muy borrosos esos recuerdos, pero ese momento lo tengo grabado en mí cabeza, las imágenes de mis viejos, de mis abuelos. Mi abuelo Juan me abrazó y no me soltó hasta que tuvimos que despedirlo.
Por mucho tiempo no entendí lo que estábamos viviendo. Hoy estoy segura que nos salvamos entre todos los familiares, y no hablo solo de mí familia, sino de todos los familiares de los chicos y chicas que murieron en Cromañón. Nos encontramos en el dolor y en el pedido a los gritos de justicia.
Muchas veces me encuentro mirándome al espejo y mirando una foto de Juli. Mí cara cambió en estos 16 años, su cara es siempre la misma. Juli tiene 18 años y esa sonrisa tan linda, esos ojos brillantes.
Cuando me preguntan cuantos hermanos tengo siempre mí respuesta es tres. Y no tengo que pensarla. Tengo tres hermanos que son mis amigos y el amor siempre es más que el dolor.
Otra pregunta que me hacen a veces es que pienso que Juli estaría haciendo hoy. Y la verdad que no sé, pero estoy segura que sería un tío re dulce, compinche y peleador. Probablemente estaría viajando, viviendo como tuviera ganas. Pero eso me lo imagino, la verdad es que mi Juli tiene 18 años y siempre es mi hermanito. ¡¡¡Los chicos y chicas de Cromañón presentes siempre!!!