(Por Oscar Castelnovo/APL) Eduardo Castelnovo, 24 años, un hijo de 3, fue fusilado en marzo de 2002 -alevosamente- de 5 tiros por la espalda por la Policía Federal. La familia nunca negó que él robara, pero no merecía esa muerte vil. Se trató de una ejecución sumaria no hubo enfrentamiento. Y no existe pena de muerte legal en la Argentina.
Sin embargo, se aplica todos los días a pibxs del pobrerío roben, miren una vidriera o simplemente luzcan su visera. Hay más de 9175 casos de gatillo fácil en la llamada democracia. Existe en marcha un genocidio encubierto que no conoce pausa. Si se perpetraban estos crímenes a principios de siglo, lxs jóvenes asesinadxs en las cárceles o comisarías por la tortura o balazos en la calles por portación de rostro creció de modo incesante y hoy tienen su apogeo con Patricia Bullrich y Milei.
Las llamadas fuerzas de Seguridad son las fuerzas de ocupación y exterminio en el país y todas tienen sus mandos en el Poder Ejecutivo (nacional y provinciales). No están para cuidarnos, existen para matarnos y disciplinar a los sobrevivientes.
La madre de Eduardo, quien nos dejó recientemente, nunca pudo superar el desasosiego y la tristeza. No te olvidamos, primo, te recordamos a vos y a todxs lxs caídos.