(Por Hilda Presman/Red Derechos Humanos) Falta el agua potable en las barriadas populares de la zona sur de la Capital correntina. En la zona de los barrios La Tosquera y Río Paraná, los vecinos se organizan y la solidaridad viene desde abajo. Estos dos barrios, forman parte de los más de 60 asentamientos informales que surgieron y proliferaron desde fines de los años ’90 en la Ciudad de Corrientes, donde habitan 20 mil familias, con niños, ancianos, discapacitados, viviendo con sus necesidades básicas insatisfechas. Según censo Renabap (Registro Nacional de Barrios Populares) realizado por TECHO en 2010. En La Tosquera viven 270 familias, y en el Barrio Rio Paraná unas 500. No tienen acceso a la red pública de agua potable, y los residuos cloacales se vierten en pozos negros. También es irregular la conexión a la red eléctrica.
Esta situación indigna y violatoria a los derechos básicos a la salud, al agua potable, sin urbanización ni mejoramiento de infraestructura viene de arrastre y en aumento. El Instituto de Vivienda de la Provincia INVICO, tiene más de 70000 inscriptos para acceder a viviendas sociales, y se sortean cuando mucho 50 viviendas por año. Eso sí, con fondos FONAVI se arreglan y construyen comisarias, clubes e iglesias.
Pero desde el arranque del año 2022 los vecinos de estos dos barrios han multiplicado sus reclamos y sus señales de alerta. La crónica falta de agua se ha agravado con la intensidad de los calores, (hoy hacen 42 C a la sombra), la bajante extrema del Rio Paraná y la ruptura de las pequeñas bombas domiciliarias, que abastecen a diversos grupos de vecinos en estas barriadas. Ha colapsado la posibilidad de acceder a agua potable, se sacan baldes de agua del río, con todos los inconvenientes sanitarios que conlleva esta agua lodosa y no potable (erupciones, gastroenteritis, etc.).-
Las familias indignadas, luego de reclamar a la Municipalidad, a la Empresa Aguas de Corrientes, se han manifestado frente al ingreso al Festival del Chamame. Allí mismo, donde se regodean desde el Gobernador Gustavo Valdés hasta el más pequeño funcionario municipal con celebraciones millonarias que parecen olvidar que el Covid sigue presente y mata (en cuatro días han fallecido 25 personas por la pandemia), que colapsan las salitas y los puestos de hisopado, que arden nuestros montes. Pero como dice la canción de Serrat se les llenó de pobres el recibidor y frente al Anfiteatro Cocomarola decenas de mujeres, familias, niños de estos dos Barrios visibilizaron su reclamo y exigencia de agua sana y limpia para todos y todas. Un fuerte dispositivo policial de fuerzas de infantería fue la respuesta. Pero luego de presiones y gestiones, pudieron hablar con el Subsecretario de Entes Descentralizados, Aníbal Godoy , quien luego de comprometerse a ver qué trabajos son necesarios para garantizar el servicio de agua potable en la zona y comenzarlos, entregó una suma de dinero con la que las vecinas compraron 300 l de agua y repartieron casa por casa, en carro, a pie, para paliar la emergencia.
Queda ver si las promesa del tendido de red para el barrio, realizadas por el Subsecretario Godoy, quien recorrió las barriadas y anunció refacciones que llevarán unos 15-20 días, se cumplirán o tendrán que seguir presionando, exigiendo que los gobiernos cumplan con resolver las necesidades de los vecinos más vulnerables.
Entre tanto, compañeros y compañeras de la Unión de Carreros y Recicladores- FETRAC (Federación de Trabajadores de Corrientes), carreros, ladrilleros , recolectores recicladores urbanos, están en la solidaria tarea de distribuir entre sus pares de los barrios La Tosquera y Rio Parana las donaciones que desde distintos sectores, movimientos y organizaciones sociales se están juntando para resolver esta gravísima emergencia sanitaria.