Por motivos de público conocimiento y teniendo en cuenta el riesgo sanitario que aun implica para nuestras familias la pandemia, los familiares hemos decidido mantener algunas modificaciones para la 7° Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil, sin dejar de llevar adelante la enorme jornada de lucha a nivel nacional que visibiliza, repudia y denuncia la represión que ejerce históricamente el Estado contra nuestros hijos, hijas, hermanos, hermanas, padres, madres y familiares. Nuestra denuncia no sólo va dirigida a los policías, prefectos, gendarmes o penitenciarios que asesinan, torturan y desaparecen a nuestras familias, sino al Estado del que forman parte esencial. Sabemos que estas prácticas represivas suceden a lo largo y a lo ancho del país, sin distinción partidaria y en todas las dimensiones de gobierno, Municipal, Provincial y Nacional. Actualmente tenemos más de 7000 personas asesinadas por el Estado desde el regreso de la democracia en 1983.
En este contexto de pandemia, claros fueron los ejemplos de que la represión no ha cesado, así lo demuestra el asesinato de Franco Cardozo por parte del COT (Centro de Operaciones Tigre) organismo compuesto y dirigido por ex policías retirados o sumariados. O el caso de José Lago, un joven Qom de 23 años, que fue asesinado por la Policía de Chaco durante un operativo realizado en la ciudad de General San Martín el pasado mes de Junio.
Mirando más allá de nuestro país, repudiamos las constantes violaciones a los derechos humanos en Colombia, donde el estado persigue, reprime y asesina a su propio pueblo.
A menudo, los gobiernos de diferentes países hacen alianzas para reprimir, como ocurrió en el caso del golpe de estado en Bolivia, donde el gobierno macrista envió armamento sin registrar.
Denunciamos al Estado paraguayo genocida e infanticida por la violación , torturas asesinato de las dos niñitas argentinas, Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba, de 11 años el 2 de septiembre del 2020 y la desaparición forzada de Elizabeth Oviedo Villalba «LICHITA». Exigimos su aparición con vida y la libertad de Laura Villalba, víctima de una causa armada, en un contexto de persecución a toda la familia Villalba.
En este camino de Lucha entendimos que no se trata de excesos , ni de preservar el bien común. No son casos individuales de legítima defensa, ni tampoco “manzanas podridas” dentro de las fuerzas represivas, sino estrategias más generales donde se modifican escenas de crímenes, se ocultan pruebas, se amenaza a testigos, se realizan peritajes por quienes son pares de los represores y se hostiga a las familias luchadoras, el poder político y judicial actúa en complicidad instalando la versión de las fuerzas represivas y favoreciendo la impunidad.
Estas formas de represión son ejercidas por el Estado de manera sistemática y dirigidas fundamentalmente a los jóvenes de los barrios más humildes, donde suceden impunemente, además de asesinatos policiales y desapariciones, múltiples violencias; como lo hace con el consumo problemático de Drogas donde por un lado, les niegan a los jóvenes de nuestros barrios el derecho a la asistencia y por otro lado se llenan los bolsillos el manejo de la caja del narcotráfico.
Está claro que la trama policial y judicial es parte del problema y no de la solución. Del mismo modo operan en las redes de trata como el caso de Johanna Ramallo desaparecida en 2017, así como en feminicidios, travesticidios y acciones lesbofóbicas.
La misma e histórica represión sufren hasta el día de hoy los pueblos originarios, donde el estado los persigue, asesina y criminaliza, intentando expulsarlos de sus propias tierras o negándoles el derecho a recuperar su identidad.
Tenemos claro que el asesinato de nuestros pibes y pibas no es producto del mal funcionamiento de las instituciones, sino de la represión estatal necesaria en una sociedad dividida en clases.
Nuestra lucha entonces, es más global, no solamente por la sentencia, sino también por la conciencia, la conciencia colectiva de la sociedad.
Contra ese armado y en absoluta disparidad de fuerzas y recursos es que luchamos, el Estado apuesta al desgaste, a la falta de recursos y al paso del tiempo para consagrar la impunidad, pero nuestra respuesta siempre fue la lucha y organización, para frenar la represión, estigmatización y criminalización de nuestra juventud, y para cambiar de fondo este Sistema de opresión, explotación y represión.
Ante este contexto necesitamos estar más unidxs que nunca, por ello Convocamos a la Sociedad y a las Organizaciones que nos quieran acompañar a Marchar desde Av. 9 de Julio y Av. de Mayo hasta Plaza de Mayo, el 27 de Agosto, a las 15 hs, donde realizaremos nuestra jornada de Lucha como lo hacemos cada año, llevar tapa bocas para poder gritar con fuerza sin dejar de cuidarnos y cumplir con el distanciamiento sin dejar de estar unidxs!
Estaremos presentes en Plaza de Mayo para decir:
-Basta de gatillo fácil
-Basta de torturas y muertes en cárceles, comisarías, institutos de menores y otros lugares de detención.
-Basta de desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y causas armadas
– Libertad a las/os presas/os por luchar.
-Basta de asesinatos previsibles por acción u omisión estatal.
-Basta de feminicidios «Ni una menos, en las cárceles también».
-No a la baja de la edad de imputabilidad.
NI UN PIBE MENOS!
NI UNA PIBA MENOS!
NI UNA BALA MÁS!
¡EL ESTADO ES RESPONSABLE!
Y CULPABLE
Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil