(Por Oscar Castelnovo/APL) Los detenidos en el penal de Devoto confeccionan y acopian barbijos quirúrgicos y descartables, alcohol en gel y lavandina, cuya primer partida donarán este miércoles a los vecinos de la Villa 1-11-14, hoy renombrado Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli, en homenaje al cura de la corriente de Sacerdotes para el Tercer Mundo, quien militó durante cuatro décadas en este lugar y falleció en 2008. El objetivo es colaborar en la situación de crisis por la magnitud de casos de covid-19 que afectan a la barriada, en la que viven muchos familiares de los detenidos.
A la vez, los reclusos se hallan a la espera de la autorización del ingreso de máquinas industriales y familiares de costura por parte del Ministerio de Justicia y el Servicio Penitenciario Federal para elaborar cofias, delantales y demás elementos sanitarios destinados a hospitales y barrios humildes de distintos lugares. De este modo, ante el avance de la pandemia y el abandono estatal del Gobierno de Rodríguez Larreta, los internos del penal que ya tiene ocho infectados por la covid-19, realizan esta tarea humanitaria. El proyecto solidario funcionará en la biblioteca de la unidad penal donde los detenidos montarán un taller. La salita de primeros auxilios recibirá los materiales y está a cargo Lourdes Martínez y Aldo Pagliaro jefa de limpieza y jefe de salita, respectivamente.
Por su parte, Carlos Palazzo, uno de los referentes de los presos, indicó a esta Agencia que: «nosotros nos pusimos manos a la obra, trabajamos día y noche por turnos. Ya hay 124 afectados en ese barrio que sentimos tan cerca y queremos actuar antes de que sea tarde. Nos pintan como lo peor de la sociedad cuando nosotros estamos preocupados y ocupados en aportar sin pedir nada cambio. Esperamos cuanto antes la autorización para la entrada de las máquinas por el Ministerio el SPF y podremos producir 7000 barbijos por día y materiales sanitarios para personal de la salud en barrio excluidos y otras unidades penales. También estamos a la espera que se produzcan los arrestos domiciliarios y morigeraciones, para evitar la masacre en las cárceles argentinas, medidas que ya tomaron muchos países del mundo».