Estados Unidos y OTAN contra Rusia

(Por Marion Saint-Ybars, desde París/APL) El gobierno de EEUU anunció que colocaría 8.500 soldados en países de Europa Central y del Este fronterizos con Rusia y que planea enviar hasta 50.000 soldados a la región, según el New York Times. El coronel estadounidense Alexander Vindman, que participa en las conversaciones de EEUU con el régimen ucraniano, dijo: “¿Por qué le importa esto al público estadounidense? Importa porque estamos a punto de tener la mayor guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Habrá un despliegue masivo de poder aéreo, artillería de largo alcance, misiles de crucero. Estas son cosas que no hemos visto desarrollarse en el paisaje europeo durante más de 80 años, y no será un entorno limpio o estéril”.

Al igual que las desastrosas intervenciones estadounidenses en Irak y Afganistán, el camino a la guerra con Rusia está pavimentado con mentiras. La acumulación militar en Europa del Este se justifica por afirmaciones falsas de que una invasión total de Ucrania por Rusia es inminente. A esto se suman advertencias, sin ninguna base fáctica, de que Rusia planea organizar una operación de “bandera falsa”. Si tal operación tiene lugar, uno puede estar seguro de que sus autores estarán en Washington y no en Moscú.

La última mentira es la afirmación, inventada por el gobierno británico, de que Rusia pretende instalar por la fuerza un régimen títere en Ucrania. Esto es exactamente lo que hicieron Washington, Berlín y la OTAN en 2014 respaldando un golpe de Estado de extrema derecha que tomó el poder en Kiev, el actual gobierno. Esta mentira ya ha estallado en la cara de Londres. El hombre identificado como el líder de un régimen títere ruso en Ucrania seria el empresario y ex parlamentario Yevhen Murayev que de hecho tiene prohibido ingresar a Rusia que se ha apoderado de su propiedad.

La mentira más grande de todas es que Estados Unidos y la OTAN están comprometidos con la defensa de la “democracia” y contra la “agresión extranjera”. El gobierno y el aparato estatal de Ucrania están plagados de fuerzas paramilitares neonazis que jugaron un papel central en el golpe de Estado de 2014, así como de la milicia neonazi del Sector Derecha y el Batallón Azov.

En cuanto a las afirmaciones del gobierno de Biden de que está defendiendo la santidad de la soberanía nacional de Ucrania contra la “agresión extranjera”, la lista de países invadidos y/o bombardeados por Estados Unidos en los últimos 30 años incluye a Panamá, Irak, Kuwait, Haití, Somalia, Bosnia, Sudán, Afganistán, Yugoslavia, Yemen, Pakistán, Libia y Siria.

Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, la alianza militar de la OTAN ha ampliado sus fronteras 1.280 kilómetros hacia el este, incorporando a Polonia, Hungría, República Checa, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. En 2021, la OTAN reconoció oficialmente a la propia Ucrania como un “aspirante a miembro”, y Suecia y Finlandia también están considerando unirse a la alianza antirrusa. Finlandia y Estonia están a menos de 200 kilómetros de San Petersburgo, y la frontera oriental de Ucrania está a menos de 750 kilómetros de Moscú.

Estados Unidos y potencias europeas denuncian a Rusia por supuestos movimientos de tropas dentro de sus propias fronteras. Pero Estados Unidos ha suministrado miles de millones de dólares en armas a los estados bálticos de Estonia, Lituania y Letonia. Ahora se envían a Ucrania. Estados Unidos ya tiene más de 150 asesores militares en Ucrania, incluidas fuerzas de operaciones especiales que se suman a asesores del Reino Unido, Canadá, Lituania y Polonia. En estas condiciones, ¿cómo podría Rusia no asumir que es el objetivo de un ataque militar?

Aunque las mentiras usadas para justificar la agresión imperialista no son más creíbles que las afirmaciones sobre las “armas de destrucción masiva” iraquíes, las nuevas mentiras como las viejas, están siendo presentadas por los medios de comunicación como la verdad absoluta.

Ni la administración Biden ni sus aliados de la OTAN han explicado cuál creen que es el resultado de la escalada de la confrontación. ¿Cuál es su peor escenario?. Estados Unidos dice que no estará directamente involucrado en un conflicto militar con Rusia. Es una mentira. Estados Unidos, al arrojar armas en Ucrania y estacionar asesores militares estadounidenses en el país ya está, en la ley y en la práctica, involucrado en una acción hostil contra Rusia.

¿Qué planean EE. UU. y la OTAN si sus acciones conducen a que Rusia tome medidas militares, no solo contra los títeres ucranianos sino también contra los titiriteros estadounidenses y de Europa occidental?. Y la administración Biden y la CIA, ¿realmente creen que una guerra con Rusia será un conflicto pequeño, localizado y fácilmente contenido?.Una guerra con Rusia se convertiría rápidamente en una conflagración global, que inevitablemente involucraría a China y, en realidad, a todos los países del mundo. Las provocaciones de Estados Unidos y la OTAN han hecho que el peligro de una guerra nuclear sea mayor que en cualquier otro momento desde el apogeo del conflicto de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Puede parecer que solo los locos provocarían una guerra con consecuencias potencialmente tan catastróficas. Hay, sin embargo, una lógica en esta locura.Primero, están los cálculos geopolíticos del imperialismo estadounidense. La referencia de Biden en su reciente conferencia de prensa a las ocho zonas horarias de Rusia y los inmensos recursos apunta a los cálculos criminales que impulsan la planificación militar de Estados Unidos. El imperialismo estadounidense y europeo ve a Rusia, como lo hizo Hitler en 1941, como un vasto escenario para ser saqueado. A través de una combinación de guerra y desestabilización interna, el imperialismo busca provocar la desintegración de Rusia. Su objetivo es dividir a Rusia en muchos Estados títeres que existirían como colonias de las principales potencias imperialistas como lo hicieron en Yugosl