(Por Oscar Castelnovo/APL) La dirigente del MST en el Frente de Izquierda, Celeste “Cele” Fierro, y el exlegislador cordobés Ezequiel Peressini, de Izquierda Socialista en el FIT, integraban la Flotilla Global Sumud, que zarpó rumbo a Gaza con el objetivo de denunciar el bloqueo israelí sobre la Franja y llevar ayuda humanitaria frente al genocidio que sostiene el gobierno de Benjamín Netanyahu. La travesía fue interceptada en aguas internacionales por fuerzas navales del Estado de Israel, que detuvieron a cientos de activistas de diferentes países y, el gobierno de Israel los acusó de “terroristas”.
Según informaron organizaciones de derechos humanos y la propia conducción del MST, los más de 470 detenidos fueron trasladados desde el puerto de Ashdod hasta la prisión de Saharonim, en el desierto del Neguev, al sur de Israel. Allí permanecen privados de su libertad junto a representantes de una veintena de nacionalidades.
Desde Argentina, tanto el MST como Izquierda Socialista y el conjunto del Frente de Izquierda denunciaron la detención como “ilegal y arbitraria”, y remarcaron que la operación militar se llevó a cabo en aguas internacionales, lo que configura una violación del derecho marítimo. En estos momentos movilizaciones solidarias se organizaron en Buenos Aires y otras ciudades para exigir la inmediata liberación de los activistas.
El gobierno israelí, por su parte, declaró públicamente que tratará a los participantes de la flotilla como “terroristas”, aunque hasta el momento no existen cargos formales ni procesos judiciales concretos contra los argentinos detenidos. Organismos humanitarios sostienen que se trata de una campaña de criminalización contra quienes desafían el bloqueo a Gaza, que ya lleva más de 17 años.
La Cancillería argentina todavía no emitió un comunicado oficial detallando la situación de sus connacionales, aunque se espera que la presión internacional obligue a Tel Aviv a definir pronto la suerte de Fierro, Peressini y el resto de los activistas. En tanto, Israel continúa consumando el genocidio, apoyado militarmente por Estados Unidos, transmitido casi en directo por diversos medio al mundo, que muchos organismos, naciones y la propia ONU parecen no advertir.