¡Hasta la victoria siempre, compañeras del alma, Lilian y María!

(Por Oscar Castelnovo/APL)»Yo nunca había ido a un cementerio, nunca había estado frente a una tumba. Sentí la necesidad de ponerle color a esas lápidas de cemento gris, tan horrible, donde estaban esos cuerpitos de las niñas, de 11 años, antes llenas de vida, en ese lugar tan insólito del mundo. Me queda una mezcla de tristeza y mucho odio de clase. Porque los defensores de los intereses de los ricos son capaces de cualquier cosa para acrecentarlos. Me quedo pensando que las niñas no están ahí, que forman parte de cada lucha de nuestro pueblo». Así lo aseguró Laly Machado, del Movimiento Rebelión Popular, quien escribió «¡hasta la victoria, siempre!! en los sepulcros de Lilian y María Villalba, este sábado, en un pequeño cementerio ubicado en Lima, San Pedro, Paraguay. Ambas nenas fueron abusadas, torturadas y asesinadas por la Fuerza de Tarea Conjunta en setiembre de 2020. Y, en noviembre, desparecieron a su prima, Carmen Lichita Villalba, de 14. Laly formó parte de la Misión Humanitaria de la Argentina que viajó al Paraguay en reclamo de la Aparición con Vida de Lichita y otras exigencias de Justicia. En el pequeño cementerio de Lima también estaban Jimena Cejas, Movimiento Rebelión Popular; Silvia Ferreyra, de MUMALÁ; Fernando Murias de Mutual Sentimiento y Oscar Castelnovo de la Agencia Para la Libertad.

A su turno, Jimena Cejas (MRP), expresó que «tengo mucho bronca por toda esta represión, quiero que se haga Justicia para las niñas y que aparezca Lichita. Ya vimos que el imperio no duda a quien ataca: Niñas, mujeres, campesinos. Y acá, frente a nosotros  están las pruebas irrefutables. La Fuerza de Tarea Conjunta militariza las zonas e instala el terror con ametrallamientos desde helicópteros, mata y tortura a mimbrxs de las comunidades y sigue con la complicidad de los medios. Al llegar a Paraguay movimos el avispero y un sector del pueblo tiene ahora otra visión a la que impusieron los medios hegemónicos».

Ingresar a un cementerio no puede causar sino tristeza. Pero si los sepulcros encierran los cuerpos de dos nenas de 11 años, una entropía, una conmoción sacude hasta las entrañas. Precisamente, eso fue notorio en Silvia Ferreyra, de Mumalá, mientras arreglaba el lazo rosa y las flores de las nenas. Rompió en llanto y así prosiguió durante un largo tiempo.

De pronto, apareció en escena el cuidador del cementerio, Pablo, quien vive enfrente del lugar. El mismo que sembró una planta de penacho rojo y otra de margaritas junto a las tumbas de  las nenas.

«Ya vuelvo», dijo el hombre y regresó con un rosario en un una pequeña caja con la imagen del papa Francisco. Durante extensos minutos, encabezó una continuidad de rezos católicos seguido por el pediatra Fernando Murias.

Luego, la partida, las lágrimas, la rabia. También la indignación con el pontífice de Roma, quien a pesar de las plegarias y de una carta que le enviara la plataforma Solidaridad Derechos Humanos con Paraguay, no emitió respuesta alguna ni mencionó en sus oraciones públicas el nombre de Lilian y María Villalba.

¡Hasta la victoria siempre, queridas compañeras del alma, Lilian y María!