Por Hilda Presman/ Red Derechos Humanos) La familia ARAPí alerta  y repudia  toda posibilidad de impunidad hacia  los policías condenados por  el homicidio de Juan Alberto Arapí, amparados en la emergencia sanitaria o en el beneficio de lograr la libertad condicional.  El ex sub comisario René Raúl Piris, a diferencia de cualquier ciudadano común que comete un delito, pasó en libertad desde el  momento que participó del asesinato ( diciembre de 2001) hasta su sentencia firme (2017);  todo ese tiempo, en libertad y en funciones, amparado por la corporación policial institucional.

La justicia no evaluó debidamente el temido riesgo procesal, que finalmente sucedió, ya que inmediatamente de la sentencia se fugó,  paso a la clandestinidad sin que la justicia pudiera notificarlo y detenerlo.  Los  mecanismos de búsqueda, no se activaron  por parte de la prevención o la Justicia, sino que como en todas las instancias de esta causa,  fueron la familia y los organismos de derechos humanos los que lo encontraron. A pedido de los familiares,  el Presidente del Tribunal Oral Penal 2  tuvo que solicitar a fuerzas policiales federales que lo detuvieran . Su condena la está cumpliendo, por privilegio,  en un penal de  mínima seguridad, en la Granja Yatay, donde no  hay hacinamiento ni riesgos vinculados a la pandemia. Por lo que se ha pedido expresamente a la Jueza de Ejecución de Condena Dra Zacarías de González,  a través del abogado querellante, Dr Hermindo González  que sea rechazado el pedido de libertad condicional del condenado René Raúl Piris y que continúe cumpliendo la pena hasta su agotamiento.

Ramón  Arapí fue asesinado por la policía de Corrientes la madrugada del 20 de diciembre del 2001. Su muerte se enmarca en las convulsionadas jornadas de aquel diciembre que sacudieron a todo el país. Condenados por el crimen: cabo Juan Ramón Vallejos, subcomisario René Raúl Piriz, y los policías Esteban Fabián Blanco, Ramón Leiva y Juan Carlos Díaz.