SALUDOS Y REFLEXIONES SOBRE EL AÑO QUE PASÓ. ABRAZAMOS A QUIENES NOS ACOMPAÑARON, APOYARON Y CONFIARON EN NOSOTROS. NI EL DERECHO, NI LOS ABOGADOS, PODEMOS PROTEGER LAS LUCHAS, TAMPOCO REEMPLAZARLAS

Para la Gremial de Argentina fue un año durísimo.

No hablamos de un año malo. Tuvimos grandes victorias.

También luchamos mucho, como lo hicimos siempre.

Y en los casos de derrotas, nuestros enemigos (jueces, fiscales y tribunales) nunca se la llevaron de arriba.

De todas formas fue un año duro y muestra de lo que probablemente vendrá.

No sabemos si llegamos ya a la altura de nuestros padres y abuelos fundadores de la Gremial de los 70, pero todos saben ya que tenemos el cuero muy duro y que es casi imposible llevarnos puestos.

El año 2025 para nosotros también puede ser duro, porque duras serán seguramente las luchas que se avecinan.

En tal caso, la vida nos dirá si estamos en condiciones de aportar, desde nuestro lugar, a esas luchas.

Este autobombo, con las disculpas del caso, es necesario porque el trabajo de la Gremial es concreto y público, no lo altera ni la humildad ni la soberbia.

En este saludo queremos también compartir algunas reflexiones propias del pensamiento de la Gremial.

Todos saben que nuestro pensamiento no siempre está en consonancia con el de otros colegas, colectivos de colegas y con el de muchos de los organismos de DDHH.

Esas diferencias no significan no reconocer el buen trabajo profesional y alto grado de solidaridad militante de todos ellos. Mantenemos y sostenemos nuestras posiciones con absoluto respeto, reconocimiento y consideración.

En este año transcurrido, el cúmulo de juicios y procesos que enfrentamos nos confirmó varias de nuestras principales premisas:

-No creer en las leyes de la explotación y del saqueo.

-Utilizarlas sólo cuando nos sirven, y quebrantarlas sin cargo de conciencia, las veces que sea necesario.

-Con leyes injustas, con un sistema judicial al servicio de los poderosos y sus oscuros intereses, jamás habrá jueces ni fiscales justos.

Eso es imposible porque son gente que aplican las leyes de la injusticia, se hagan cargo (como la mayoría de ellos) o no.

La Gremial esto lo verifica permanente, aun cuando en los juicios y procesos que llevamos aparecen los jueces y fiscales supuestamente «progres».

Para nosotros no existe una justicia legítima.

La Justicia no puede estar nunca del lado de la explotación y el saqueo.

Para la Gremial sólo habrá un Poder Judicial que merezca el uso del nombre de la Justicia cuando esté al servicio de las mayorías, del Pueblo, y no de intereses minoritarios, explotadores, saqueadores y corruptos.

No pedimos que se comparta este razonamiento.

Nos alcanza con que se entienda por qué actuamos como lo hacemos.

Las victorias (y derrotas) de la Gremial, desde siempre pero sobre todo en los últimos años, están enmarcadas en ese pensamiento.

Somos conscientes que es una concepción minoritaria. Sin embargo, entendemos que es de lo mejor que tiene la Gremial.

Fue, a nuestro entender, el pensamiento de quienes fundaron la Gremial hace tantas décadas y lucharon y murieron por defenderlo.

*I.- UN HOMENAJE A CUATRO DE NUESTROS MEJORES COMPAÑEROS FALLECIDOS EN ESTOS AÑOS*

Queremos iniciar la evaluación homenajeando a cuatro de nuestros mejores compañeros colegas muertos estos últimos años y que nos dejaron en una situación muy difícil.

Aún hoy nos cuesta superar su desaparición física porque el aporte individual y colectivo, la templanza, el sentido común y la reflexión de cada uno de ellos sostuvo a la Gremial en tiempos de titubeos.

*El «Pelado» ROBERTO PERDÍA*

Un alto comandante Montonero, como es de público conocimiento.

Sin embargo, el Pelado era además abogado.

Fue fundador de esta Gremial, allá por 2009.

Estuvo en los plenarios de Córdoba, Rosario y Buenos Aires, siempre con la palabra justa, acertada, aportando a mantener la precaria construcción en esos años.

Fue quien más aportó en la redacción de nuestra Declaración de Principios.

Un compañero imprescindible en esos primeros tiempos de dudas y zozobras y siempre.

Jamás vimos en la Gremial al comandante montonero de la lucha armada en la Argentina.

Vimos a un colega que se ganó el respeto de todos nosotros con humildad y sabiduría.

Muchas veces lo tuvimos sentado con varios de nosotros en los juicios.

Y en algunas oportunidades ejerciendo la co-defensa con altura y con victorias contundentes como en el caso de algunas extradiciones a compañeros peruanos.

*JUAN CARLOS YAGGI*

Un hombre que llegó a la Gremial con su pertenencia al trotskismo del que jamás abjuró.

Estuvo también en la Gremial al poco tiempo de su fundación y jamás la abandonó.

En sus últimos días seguía aportando a la Gremial.

Juan Carlos fue una columna imprescindible en momentos de flaquezas y tensiones.

En tiempos de contradicciones, para él el colectivo y la construcción estaban siempre por delante.

Con una calidez, humildad y paciencia infinitas.

Y una solidaridad sin límites.

Siempre sentado en todos los juicios, ayudando, dando aliento.

No fue el máximo referente de la Gremial porque su humildad y su salud se lo impidieron.

*VÍCTOR BARBERO*

Conocimos a Víctor (cómo muchos de los que leerán esto) cuando estuvo preso.

Estuvo orgullosamente preso a partir de los hechos ocurridos en la localidad cordobesa de Corral de Bustos.

En esa violenta y gran pueblada se quemaron edificios municipales, policiales y los Tribunales.

Víctor fue acusado y de promover e incentivar esa rebelión.

Y condenado por ello.

Llevó su prisión con dignidad y se enfrentó al propio Colegio de Abogados que se presentó como querellante en su contra pidiendo penas más altas que la propia fiscalía.

Hubo extensos movimientos nacionales de solidaridad y acompañamiento a Víctor y «los presos de Corral de Bustos».

Víctor era un técnico del Derecho de primer nivel.

Aportó a la Gremial aquello de lo que adolecíamos: conocimientos.

Víctor combinaba la excelente formación jurídica de la escuela cordobesa con esa picardía y pillería del abogado de pueblo.

Siempre aportando, siempre ayudando individualmente a los colegas que necesitábamos sus consejos en las causas.

Y, por último, también perdimos a otro grande como fue *VICENTE ZITO LEMA*.

Vicente fue fundador e integrante activo de la Gremial en los años 70.

Fue un gran abogado penalista que defendió luchadores populares y sobre todo a muchos conocidos combatientes de las Organizaciones Armadas Revolucionarias, algunos de ellos caídos en los fusilamientos de Trelew.

Desde hacía varios años que está Gremial había designado a Vicente como Presidente Honorario de nuestra Organización.

Y, en efecto, Vicente jamás dejó de acompañarnos, alentarnos y estar al tanto de nuestro trabajo y nuestras causas hasta sus últimos días.

Se puede decir que los perdimos a los cuatro casi al mismo tiempo.

Muertes seguidas y golpes fuleros para la Gremial.

Nuestro Homenaje y reconocimiento.

A todos ellos:  ¡¡¡HONOR y GLORIA!!!

*II.- EL DERECHO Y LAS LUCHAS*

Hemos repetido hasta el cansancio que, en nuestra opinión, luchar es siempre un delito, y que si no lo fuera, sería porque no se lucha.

No existen luchas reales, concretas, que incidan en la realidad e impliquen cambios reales (y menos, profundos), que no sea a partir de la comisión de determinados delitos.

Desde cortar una ruta, o resistir una carga policial, hasta eventualmente organizar una movilización con defensa activa, pasando por acciones de defensa o de hostigamiento.

En todos los casos se producen delitos.

Se quiebran disposiciones legales.

La Gremial no es una organización política o de lucha, y jamás le dirá a nadie lo que tiene que hacer, ni cómo luchar, ni con qué medios, ni si tiene o no que defenderse ante un intento de arresto.

No es nuestra función.

Pero hemos asumido un compromiso de defender a quienes luchen, de la forma que consideren.

No hay un Derecho Penal, y menos Procesal Penal, para «los que luchan», no hay “derecho a la protesta”, pretender eso es una ingenuidad.

Es cuanto menos ingenuo creer que las clases dominantes han construido un sistema de derecho para otra cosa que no sea para defender su poder, sus privilegios, su sistema de dominación.

En sus propias palabras: para defender “el orden establecido”.

Hay un solo Derecho Penal y se aplica cada vez que el Poder (jueces, fiscales, policías) entiende que se produjo un delito, es decir una violación de ese (su) Derecho.

O cuando se dictan o adecuan las leyes para encuadrar determinadas conductas como delitos.

El que crea que porque determinado artículo o determinada ley lo favorece (o pueda utilizarla en su favor en determinado momento) el sistema puede ser justo, que puede ser utilizado (con buena voluntad de quienes lo gestionan) para bien de la mayoría, es un ingenuo, siendo generosos.

El sistema está diseñado, justamente, para que determinadas normas o aplicaciones que le resultan inocuas o incluso lo molestan, terminen fortaleciéndolo.

Su poder no está en determinadas leyes o determinados fallos o determinados funcionarios de “la Justicia”, su poder está en la trama que, día a día, tejen alrededor nuestro; su poder está en que todos aceptemos “ir al pie” de ese sistema jurídico-judicial que tiene los mismos dueños que el poder económico y el poder político; los tres entretejidos como una mortaja alrededor de nuestros pueblos.

Que se entienda: nadie tiene más derechos que los que, colectivamente, pueda conquistar y defender; ni ellos ni nosotros.

Y si no, basta ver la realidad cotidiana de hoy en la Argentina.

Salvo el poder, todo es ilusión.

Por eso, las luchas populares van por un camino y el Derecho por otro.

La Gremial interviene siempre, casi sin excepción, cuando los hechos ya se produjeron.

No hay atajos ni mejoras en esto.

Él o los que tengan que luchar deberán hacerlo, con los métodos, medios o formas que entiendan corresponda.

Harán lo que tengan que hacer.

Desde todos los tiempos, los que decidieron jugar su vida y libertad jamás consultaban ni consultan abogados.

Hacen lo que tienen que hacer.

Y la Gremial intentará paliar las consecuencias, buscarle la vuelta para “hacerla lo más fácil posible”, cuando aparezca la criminalización.

Nuestro trabajo se vio claro durante el último año cada vez que nos llamaron para actuar.

Llamarnos antes no tiene sentido.

La Gremial no es una organización que aconseje llevar leche para los gases o le cuente a quienes están dispuestos a luchar y arriesgarse los derechos que tienen en caso de ser detenidos. 

En el concepto que la Gremial tiene de las leyes nuestra premisa es que «el derecho no protege a quienes tengan que poner el lomo en las luchas».

Tampoco a la propia Gremial.

En todo caso llegamos a las causas cuando nos convocan y ahí vemos.

*III.- EL DERECHO PENAL DEL ENEMIGO*

Hace ya mucho tiempo que los fiscales, jueces y tribunales aplican en Argentina y en toda Nuestra América lo que muchos colectivos de abogados latinoamericanos venimos llamando Derecho Penal del Enemigo.

Esto se acrecentó y agravó en los últimos tres o cuatro años y ni hablar en el año que termina.

Esta cuestión es crucial que la consideren todos aquellos compañeros, compañeras y organizaciones que nos acompañan.

No entender esto, o no darle importancia, llevará a mayores frustraciones.

El Derecho Penal del Enemigo es, en lo procesal penal, como un traje a medida para aplicar en contra de personas, o grupos de personas determinados.

El Derecho Penal del Enemigo ni siquiera aplica rigurosamente sus propias leyes capitalistas y saqueadoras. Aprovecha los generosos espacios de discrecionalidad y arbitrariedad que los legisladores les dejan a los operadores judiciales o, si es necesario, estos se ponen de acuerdo para abrir esos espacios.

Los Tribunales y fiscales interpretan las leyes como quieren, como necesitan, para cumplir con los objetivos políticos que unifican al poder en determinados momentos.

No necesita dar explicaciones (además, saben que sus superiores los avalarán).

Se trata, entonces, de aplicar a quienes los poderes político, judicial y policial consideren «enemigos» (un piquetero, un mapuche, un luchador político o social, o incluso gente pobre de territorios pobres), medidas procesales tendientes a agravar al extremo la situación de quien o quienes han sido detenidos o procesados.

No importa lo que digan sus Códigos, sus Constituciones o los Tratados Internacionales.

Sea para gente pobre de barrios pobres, como en el caso de Guernica.

Sea para las comunidades mapuches, como en los casos de las comunidades Winkul Mapu o Pailako, por ejemplo.

Sea para compañeros sometidos a procesos de extradición.

Podríamos aburrirlos con decenas de casos.

Todo esto viene ocurriendo desde hace años en Argentina, pero sobre todo en el último año.

Se pudo verificar en nuestros juicios defendiendo a la Comunidad Winkul o a Facundo Molares o a Facundo Jones Huala, transmitidos en vivo. 

Y esto, solo para citar pocos casos.

Las luchas que se avecinan estarán, sin excepción,  sometidas a la aplicación del Derecho Penal del Enemigo.

Esto es necesario saberlo porque es más importante que indicarle a un detenido cuáles son sus derechos.

Es cierto que la Gremial ha tenido victorias aun enfrentando a jueces y fiscales que aplican el Derecho Penal del Enemigo.

Pero cada vez menos.

Cada vez más, ellos actúan con más alevosía y sabiendo que ninguna instancia de Tribunales Superiores les cambiará sus decisiones.

Desde hace años que la Gremial plantea que el Sistema Judicial es algo armónico, que arranca con el simple policía y termina en el Presidente de la Corte Suprema.

En definitiva, entonces, no existen (para nosotros obviamente) jueces o fiscales «buenos» o «nacionales y populares».

Porque son −tanto en el Fuero Federal como en las provincias de la Argentina− funcionarios judiciales que aplican las leyes de la explotación y del saqueo.

Y eso a la Gremial nos consta, porque nosotros no actuamos con comunicados ni «asesorando».

Nosotros ponemos nuestras credenciales en juzgados y comisarías.

Nosotros actuamos dentro de los expedientes.

Creer o tener confianza en jueces o fiscales «legítimos», confiar en que las leyes sean interpretadas de manera que contradiga los intereses del poder y favorezca a quienes luchan por hacer derecho de sus justas reivindicaciones, será no solo una ingenuidad, sino un grave error de apreciación tanto para compañeros y compañeras luchadores como para las organizaciones.

*IV.- EL DESARROLLO Y LAS LIMITACIONES DE LA GREMIAL*.

En el último año el esfuerzo que desplegó la Gremial nos enorgullece.

Pudimos atender situaciones muy difíciles y resolverlas.

Resaltamos algunas cuestiones importantes para nosotros que queremos compartir con todos y todas.

Con aciertos y aportes, y con limitaciones.

Y con errores, por supuesto.

Algunas de nuestras limitaciones, hacen a las tareas que nos encomiendan y otras a situaciones o cuestiones internas.

*1.- Actuar con rapidez y sin detenernos en cuestiones banales sin importancia* (para nosotros).

Generalmente, como ya dijimos, actuamos cuando los hechos ya se produjeron.

Muchas veces se ha tratado de casos urgentes a cientos de kilómetros de distancia.

Al respecto, un paréntesis sobre algo que es necesario que todos conozcan y que desarrollaremos más abajo: la Gremial es apenas un puñado de militantes, menos de una docena de colegas activos.

La mayoría asentados en Capital y el Gran Buenos Aires.

Saber esto, remarcarlo, es necesario porque a veces nos llaman de lugares de más de mil kilómetros.

Siempre, en todos los casos, la Gremial sugiere buscar colegas locales.

Porque jamás queremos pasar por arriba de los colegas del lugar.

Recién actuamos cuando se nos explica que hay abogados en el lugar, pero no siempre están dispuestos a tomar causas que queman (sea por la gravedad de los hechos o por las características de las personas involucradas) y sobre todo sin cobrar altos honorarios.

Entendemos ambas cuestiones.

No las discutimos ni las criticamos.

Sin embargo, una vez que establecimos que se puede tomar un caso, ya no se puede boludear, no hay tiempo para llantos ni misericordias.

Los enemigos de la Gremial son Tribunales y Fiscales y esa gente actúa rápido, poseen recursos ilimitados, truchan o inventan lo que les parezca.

Son implacables y jamás tienen escrúpulos ni benevolencia.

Aun los jueces y fiscales que dan charlas o cátedra sobre DDHH, género o garantías procesales, son de lo peor en sus roles de funcionarios judiciales.

Por eso actuamos rápido.

Y eso se verificó en el último año y en años anteriores.

Todos y todas comprobaron como pudimos torcer destinos cantados en algunas causas, por actuar rápido y sin contemplar ni atenernos en su sistema procesal y sus disposiciones.

*2.- La comunicación rápida y pública*

Antes de la aparición de la Gremial en Argentina, el trabajo en las causas judiciales era casi desconocido.

Las causas y su evolución se desconocían por falta de información.

A lo sumo, se conocían los resultados finales.

Las dificultades de los colegas y las trampas y miserabilidades de jueces y fiscales no aparecían.

Incluso los errores de los colegas (nos pasa a todos) estaban tapados.

La Gremial logró en los últimos años y sobre todo el que termina, imponer una metodología de información en Argentina y en Nuestra América.

No hubo causa que no fuera informada al detalle.

Informamos las victorias y las derrotas.

Trajimos el Derecho y las causas a ras de la tierra.

Las sacamos de esas alturas supuestamente inaccesibles.

Tratamos de explicar las cosas con la sencillez de cualquier hombre o mujer de nuestro pueblo.

Pero al mismo tiempo ventilamos nuestros escritos y los de nuestros enemigos para que otros colegas o colectivos puedan aportarnos o criticarnos.

La Gremial mostró el Derecho, los Tribunales y los procesos judiciales en estado de desnudez total.

Todos vieron los juicios de la Gremial.

Todos nos vieron a los abogados de la Gremial encerrados como presos en celdas cagadas y meadas de penales de altísima seguridad, ejerciendo desde ahí nuestras defensas mientras jueces y fiscales lo hacían desde cómodas oficinas.

Todos vieron, en los últimos años, juicios en cuarteles militarizados y armados hasta los dientes donde los abogados de la Gremial pasaban por dos o tres requisas mientras que  los racistas (incluyendo jueces y fiscales) ingresaban sin problemas.

La Gremial publicó escritos, videos, fotos, abrió links para que todos puedan verificar las situaciones.

Nos enorgullecemos de esto y seguramente lo profundizaremos.

*3.- El trabajo en equipo*

La abogacía es una profesión bastante individual.

El abogado/a solo en su lugar de trabajo, elucubrando formas de ganar un juicio.

Una especie de súper héroe; siempre dependiendo del resultado, claro.

En los inicios de la Gremial esto también constituyó una característica.

Durante años felicitábamos a fulano o mengano por el excelente trabajo.

Nos costó y aún nos cuesta, pero la Gremial empieza de a poco a superar las individualidades, a aportar en conjunto.

No es fácil y hemos avanzado de a poco.

En el último año, todos y todas lo van comprobando.

Obviamente suelen existir en todos nosotros la tendencia a «cortarse solos». 

Es lógico, re entendible, natural.

Estamos superando o debemos superar esa tendencia a salir corriendo individualmente cuando aparece una causa urgente o una situación.

A su vez, las organizaciones y los compañeros también deben saber que cuando se comunican con un compañero/a de la Gremial se están comunicando con un colectivo.

La Gremial deberá avanzar en esto por el mismo camino que dificultosamente transitamos: el trabajo en equipo.

*4.- La dificultad de ser parte de la Gremial en forma activa, tomando casos*.

Tanto por los principios y concepciones ideológicas del Derecho y de los procesos judiciales que tiene la Gremial, como por las dificultades concretas que existen cuando hay que trabajar en las causas que nos encomiendan, no es fácil ni sencillo ser parte activa de nuestra Asociación.

Además, hay que considerar que la Gremial se ocupa casi excluyentemente de causas penales, tanto federales como provinciales en algunos casos.

Poner el cuerpo, el trabajo, el esfuerzo, recursos propios, muchas veces no es algo al alcance de cualquier abogado.

Como dijimos, somos apenas un puñado que no supera la docena de integrantes activos de las causas.

Durante los últimos años y particularmente en el año que pasó, la Gremial no creció mucho.

Más abajo hablaremos de los jóvenes abogados.

Baste por ahora con dejar planteado esto: somos pocos y tenemos un desafío para evitar seguir siéndolo.

La independencia de la Gremial respecto de organizaciones o partidos también implica una limitación toda vez que no hay en muchos espacios y organizaciones políticas ninguna directiva concreta de que los abogados deban venir a colaborar con esta Gremial; esto es lógico y entendible.

¿¿Por qué las organizaciones deberían considerar que si tienen abogados vayan a la Gremial?? ¿¿Por qué lo harían??

Lo aceptamos por completo. Y lo entendemos absolutamente.

Sobre todo, porque en muchos casos, hay partidos y organizaciones que además pueden tener sus propias estructuras de abogados; y eso nos parece perfecto.

Así son las cosas, entonces.

Simplemente describimos una situación, una realidad. No nos enojamos con esa realidad ni la criticamos.

Es lo que es.

De manera que, en el análisis o balance, la Gremial tiene una limitación de crecimiento.

Esto también es perjudicial internamente porque nos genera tendencias centralistas, a veces individualistas (aunque sea con la más elogiable de las intenciones), que podrían ser superadas si contáramos con más colegas.

También destacamos que la Gremial ha hecho avances muy importantes en ampliar sus acciones en causas y conflictos junto a otros colectivos de colegas y de DDHH.

Y nos satisface cuando organismos históricos, patrimonio de nuestro pueblo, nos convocan para aportar en alguna causa, particularmente en causas penales.

Esto también es verificable en los últimos años. 

Con tironeos, diferencias y algunas contradicciones −que fuimos superando− con otros colectivos, lo cierto es que fuimos dejando de ser esa Gremial cerrada de hace años.

Eso gracias a algunos de nuestros compañeros y compañeras que abrieron la Gremial y también del invalorable aporte y relaciones de otros colectivos que nos permitieron e invitaron a ser parte.

Concretamente, entonces, recibimos mucho apoyo de muchos que nos quieren.

Habrá otros que nos quieren menos, y algunos pocos que no nos deben querer, sea por nuestras ideas, por nuestras formas de entender el Derecho y de pelear o, sencillamente, por nuestra forma de pararnos y comunicar las cosas.

La Gremial hará el mayor esfuerzo para acortar diferencias, para coordinar en la medida de lo posible y para tener más posibilidades de crecer.

No tenemos la más mínima duda de que el crecimiento de la Gremial, sería un aporte a ayudar y paliar las consecuencias de las luchas que puedan venir.

*V.- NUEVAS GENERACIONES DE COLEGAS JÓVENES EN LA GREMIAL Y LA EXTREMA DIFICULTAD*

Con todo lo expresado arriba respecto de las limitaciones y las exigencias de la Gremial, se nos ha hecho casi imposible que nuevas camadas de jóvenes colegas se integren.

Entrar a la Gremial, siendo joven, implica un gran espíritu de sacrificio.

Pedirle a un joven que acepte luchar y actuar en causas como lo exige nuestra Declaración de Principios, no es algo fácil de aceptar.

Exigirle, además, que acepte causas gratis, sin un centavo de honorarios y encima soportando un montón de gastos de su bolsillo, es imposible.

Un ejemplo: Tres o cuatro abogados y abogadas de la Gremial recorrieron miles de kilómetros en plena pandemia, atravesando rutas y pueblos “fantasmas” donde nadie circulaba.

Llegando a destino para estar dos o tres días en audiencias o reuniones con comunidades mapuches, con la nieve por los tobillos, o yendo al monte del norte paraguayo “escoltados” por el ejército de ese país; y todo pagado del propio bolsillo o con algún aporte puntual.

Todo eso es imposible exigirles a pibes y chicas jóvenes que recién se reciben.

Aun con ganas, con ideas humanistas y de solidaridad, siempre habrá montones de espacios, organismos de DDHH y otros colectivos de abogados, con mucho menos exigencias.

Sin embargo, la Gremial, pese a estas dificultades, ha podido contar con jóvenes que se están poniendo al hombro las tareas.

Jóvenes que empezaron a acompañar a la Gremial siendo estudiantes.

De familias de trabajadores; cuyos estudios demandaron grandes esfuerzos.

Hoy siguen en la Gremial, pese a lo difícil que les resulta ganarse la vida ejerciendo el Derecho individualmente.

Ni hablar en medio de las penurias económicas que se viven.

Jóvenes de hogares humildes que están activando en la Gremial y participando en las causas, como todos pudieron apreciar en los juicios orales.

No podemos decir, entonces, que no hay jóvenes en la Gremial.

Pero, los pocos que hay tienen por delante (de seguir en estas condiciones) dificultades muy difíciles de superar.

En el año que se inicia y los subsiguientes, a la Gremial  deberá esforzarse más en integrar jóvenes abogados o estudiantes de Abogacía.

La Gremial de fines de los 60 y principios de los 70, tenía cientos de jóvenes abogados.

Realizaba congresos masivos en Capital y provincias.

Eso, de alguna manera, explica también los casi 130 abogados y abogadas desaparecidos, fusilados o caídos en combate.

La Gremial no tiene, en su totalidad, ni el 10% siquiera de esos colegas caídos y muchísimo menos si comparamos con todos los que la integraron en aquel entonces.

Pero bueno…, así son las cosas y así es nuestro concepto de la abogacía y su ejercicio.

Por otro lado, la Gremial no ha sido (ni antes, ni ahora) un organismo de DDHH ni lo será.

Somos apenas una organización de solidaridad.

*VI.- OTRAS CUESTIONES QUE OBSERVAMOS EN EL AÑO QUE PASÓ*

Cómo siempre dijimos, la Gremial no pide análisis de sangre a la hora de defender luchadores.

No discriminamos ni por ideología o pensamiento, ni por las características del hecho que se les imputa.

Eso nos llevó (para dar algunos ejemplos), a defender jóvenes acusados de ataques con explosivos contra Clarín, otros de ataques similares a un Juez Federal ya muerto o de intentos de destruir la tumba de un sangriento Jefe de Policía del siglo pasado.

Causas muy difíciles, no solo de aceptar sino (para muchos) incluso para solidarizarse.

Eso se vio claramente en organizaciones políticas que durante años tuvieron a Clarín como su enemigo, pero no sacaron ni siquiera un comunicado cuando hubo militantes que atacaron a ese grupo económico.

Fue así, que por atentar  contra ese monopolio de medios estuvieron prácticamente solos, contando tal solo con la  Gremial para asumir su defensa técnica.

Esto no lo decimos como crítica (cada organización actúa en virtud de su proyecto político), lo planteamos a los efectos de marcar algunos temas que, aunque preocupantes, nosotros no podemos resolver.

Sí, instar a las organizaciones, dirigentes y militantes a que consideren estos planteos.

*VII.-LA CONFIANZA EN EL DERECHO Y LAS INSTITUCIONES.*

Durante los últimos años solemos asistir a reclamos de nuestros defendidos o sus dirigentes respecto de por qué no se aplica o cumple con la Ley.

El reclamo es a jueces y fiscales, pero nos lo hacen como si los defensores de la Gremial pudiéramos resolver eso.

No nos preocupa el reclamo sino la esencia lo lo que hay detrás.

Porque en general llo plantean con grandes esperanzas y confianza en las leyes de los enemigos del Pueblo y la Clase Trabajadora.

A veces pareciera que se piensa que no se les ha explicado lo suficientemente bien la cuestión a los funcionarios judiciales y porque éstos hacen las barbaridades que hacen.

Toda nuestra prédica respecto de la aplicación del Derecho Penal del Enemigo y nuestros señalamientos respecto de lo que son jueces y fiscales y a quién representan en definitiva, ceden a planteos ingenuos y esperanzadores cuando hay presos.

Durante el año que se va y otros anteriores la Gremial insistió una y otra vez en que creer en las leyes del capitalismo y del imperialismo y en sus tribunales, es una actitud que llevará a grandes frustraciones.

La Gremial, insistimos no creemos en las leyes de los enemigos de la Humanidad.

Quizás por eso mismo nuestros compañeros colegas obtienen muchas veces victorias judiciales.

Porque conocemos muy bien sus leyes y reglamentos justamente para tratar de obviarlos.

Tampoco creemos en los funcionarios judiciales que las aplican.

Esto es importante que lo tengan bien presente quienes nos lo encomiendan defensas porque trabajamos con ese concepto.

*VIII.- LA TENDENCIA A MIRAR SÓLO LA PROPIA CAUSA*

Como todos saben, defendemos causas relacionadas con acciones y personas diferentes.

En este marco, y pese a la profusa publicidad que la Gremial da respecto de las muchas causas, lo concreto es que nos ha costado mucho que distintos presos y organizaciones de presos puedan entender la ligazón existente entre causas penales distintas.

Comprobamos (no con mucha sorpresa) que las organizaciones, normalmente, aparecen cuando tienen algún preso y después, salvo honrosas y contadas excepciones, no.

A los propios compañeros o compañeras que están o han estado presos es inútil, casi siempre, hablarle de otros presos en otros lugares y/o de otras organizaciones.

Esto se extiende a causas sin presos, como desalojos por ejemplo.

Los implicados, colaboradores o personas solidarias en una causa de desalojo “no registran” otras similares.

Sin sorprendernos, vemos un gran individualismo en muchas causas que hemos asistido.

Por supuesto, hacemos nuestro trabajo con gran empeño y esto que describimos no lo alterará.

Pero existe.

Hemos verificado no solo un desconocimiento (lo que significa, a veces, que no se les ha informado o se les informó mal) respecto de la existencia de otros presos, quienes además están asistidos por los mismos defensores.

Y, peor aun, hemos comprobado un desinterés completo por situaciones similares.

Por supuesto, la Gremial seguirá con su misma política y considerando a todo defendido nuestro en las mismas condiciones.

*XI.-TEMA DE RECURSOS*

Si de algo no nos hemos ocupado o hemos hecho mal o −peor aun− hemos caído en desidia y negligencia, es en la cuestión de los recursos financieros para sostener nuestra actividad.

Durante los primeros años (digamos 10 o 12 años atrás), directamente no le dimos importancia.

Como que teníamos situaciones urgentes, y no se nos pasaban por la cabeza cuestiones de recursos.

Compañeros con situaciones económicas críticas se costeaban viajes a Paraguay, por ejemplo, para visitar presos y asistir a audiencias.

Y así, en todos los casos.

Y, como era lógico, llegó un punto en que ya no había manera de sostener ni los mínimos gastos que implicaba la toma de causas.

De manera que, en forma desordenada y desprolija, empezamos a requerir aportes y ayudas mínimas.

La Gremial jamás tuvo una política de finanzas centralizada y orgánica.

Cuando los hechos nos sobrepasaban, cuando en juicios o procesos judiciales teníamos el agua al cuello en este sentido, recién ahí pedíamos dinero a quien pudiera ayudarnos.

En general, muy desordenadamente.

A veces los colegas de una causa fijaban un monto de recursos y se hacía lo que podíamos.

Hasta hoy no hemos resuelto este tema.

Por supuesto, debemos reconocer que, cada vez que pedimos ayuda, muchos compañeros y compañeras y muchas organizaciones corrieron a darnos una mano.

Nunca nos dejaron tirados y siempre que lo solicitamos (para juicios, viajes de vital importancia y hasta para hacernos cargo de tareas poco ortodoxas), los recursos estuvieron.

Hubo organizaciones que nos llamaron para aportarnos sin que se lo pidamos.

Y hay, hoy mismo, compañeros y compañeras que aportan moneditas, pero que tienen un valor para nosotros difícil de describir porque sabemos de sus vidas y sus necesidades.

A todos ellos y ellas, nuestra gratitud y reconocimiento.

Sin embargo, la Gremial sigue sin tener un centavo.

Nada de nada.

Y esto se debe exclusivamente a la carencia de aptitud de nuestra parte y de una inmensa soberbia.

La Gremial es soberbia de por sí y, a veces, ni siquiera vemos esta actitud como una cosa a superar.

Pero lo concreto es que hoy, en este tema de los recursos, esas formas autosuficientes nos llevaron a carecer de los mínimos recursos para casos de urgencia que se nos presentan o se nos presenten en el futuro.

Ya explicamos arriba la precaria situación de los jóvenes colegas y se suman situaciones similares de los más antiguos.

Obviamente la Gremial siempre está presente cuando nos llaman para situaciones muy urgentes, como lo hemos demostrado infinidades de veces en los últimos años y en particular en el que termina.

Pero el déficit que tenemos debemos superarlo y seguramente requeriremos ayuda.

Debemos dejar bien claro que la Gremial no es el único colectivo de abogados y abogadas de Argentina.

Hay varios iguales o incluso mucho mejores que nosotros, tanto en experiencia como en conocimiento técnico.

Sin contar con los que forman parte orgánica de partidos y organizaciones, también de reconocida capacidad y militancia.

Dicho esto en el sentido de que siempre habrá a quien recurrir en situaciones de emergencia que no sea la Gremial.

Con lo cual nadie tiene ninguna obligación de aportar para sostenernos.

Y tenemos que advertir, lamentablemente, que la Gremial puede excepcionarse por estas limitaciones económicas, llegado el caso.

Pocas veces nos ha ocurrido esto. Pero lo concreto es que se trata de un gran escollo en muchas oportunidades.

Aun así, debemos superar, y superaremos, este problema.

*XII.- LA TRASMISIÓN DE LOS CONOCIMIENTOS*

Cómo dijimos arriba, uno de lo que más evaluamos como merito de la Gremial es haber puesto el Derecho o la explicación del Derecho al alcance de muchos.

Desde su aparición la Gremial mostró en la publicación o publicidad de nuestros trabajos una práctica diferente a otros colectivos.

Nosotros siempre informamos todo, absolutamente todo, hasta en los mínimos detalles.

Cada causa, cada juicio, cada petición o disputa legal ha sido puesta a la vista de todas.

Jamás hemos ocultado absolutamente nada.

Eso, obviamente aporta al conocimiento y la apropiación de elementos para entender mejor el Derecho.

Sin embargo, no hemos podido o no hemos sabido darnos el tiempo y la organización para sistematizar la socialización del Derecho y ponerla más aún al alcance de todos.

La excelente experiencia del ciclo de charlas de formación jurídica masiva  y *presencial* que hicimos hace algunos años fue muy buena.

Un ciclo de cuatro charlas que dimos en Haedo y Capital con muchísima participación de compañeros y compañeras.

Era un ciclo de Formación para no abogados, para la gente sencilla de nuestro Pueblo.

Esa experiencia no hemos podido ni sabido retirarla.

Muchas veces lo hemos charlado como un déficit, pero lo concreto fue que por desprolijidad en nuestro funcionamiento o por correr detrás de los hechos no lo concretamos.

De manera que debemos, en este tiempo que se nos viene ver la posibilidad concreta de dar charlas, seminarios o reuniones donde podamos trasmitir los conocimientos.

No solo los conocimientos académicos.

Eso es fácil y cualquiera puede hacerlo.

Decirle a la gente cuáles son sus derechos es fácil.

O dicho de otra forma : decirles lo que la Ley dice sin explicar que en la vida práctica eso no existe.

Y por lo tanto la gente sale con una idea que jamás se corresponde con la realidad que golpea como un garrotazo.

Ese tipo de Formación, con todo respeto para quienes la proveen, dan una idea equivocada de algo que no existe.

Y es en definitiva una charla universitaria que hace que la gente siga creyendo en las leyes de los explotadores.

Nuestra deuda, lo que la Gremial no pudo hacer en los últimos cuatro o cinco años es dar charlas transmitiendo como funcionan realmente hoy los Tribunales, las Fiscalías, y las fuerzas de Seguridad.

Trasmitir *a la luz de nuestra práctica concreta* como aplican realmente las leyes en los hechos concretos.

Y sobre todo, trasmitir cómo enfrentar todo eso, como salir del círculo de hierro que nos imponen.

Mucho de ésto pudimos trasmitir en aquellas charlas de Formación.

Pero nunca más pudimos hacerlo y menos mejorarlo.

*XIII.- CONCLUSIÓN*

Estamos satisfechos y orgullosos de todo lo que hicimos durante los últimos dos o tres años y en especial el último.

Entendemos que dimos mucho y aportamos “más de lo posible” a las causas que nos encomendaron.

Prácticamente hemos podido cubrir la totalidad de los requerimientos que tuvimos.

Aun con las dificultades que mencionamos y las limitaciones que tenemos.

Estará probablemente en cabeza de colegas jóvenes que puedan y quieran incorporarse a la Gremial, o los y las muy valiosos que hoy tenemos, aprender y seguir aprendiendo no sólo el Derecho, sino las trampas, las truchadas, las formas de pelear con los Tribunales y los Acusadores con las armas que fueran.

Sin atarse a las limitaciones de las disposiciones legales con las que nos obligan a concurrir a estas “batallas” desparejas y tramposas.

Hoy por hoy es cada vez más difícil, si no imposible, vencer en una causa judicial o en los juicios subordinándonos a las formas establecidas.

En eso también la Gremial (a veces sin mucha prolijidad ni formalismos) mostró en Argentina y en Nuestra América una forma distinta de enfrentar a los peores enemigos de la clase obrera y el pueblo, que son los Tribunales y los Acusadores de las leyes del capitalismo y del imperialismo.

Hemos tenido la virtud de politizar las causas que nos encomendaron a favor y en consonancia con los pensamientos y los lineamientos políticos, ideológicos o la cosmovisión de quienes nos tocó defender.

Y lo seguiremos haciendo.

El Derecho Penal del Enemigo existe, es real y concreto, y se aplica casi sin excepción por parte de jueces y fiscales contra los luchadores

La Gremial no se las ha hecho fácil jamás.

A veces más que intervenir en un proceso judicial hemos irrumpido en el mismo, saltándonos las formas y llevando las causas fuera del ámbito cerrado de los tribunales.

Mostrando a todos lo que verdaderamente son, para que nadie les crea y para que todos los que nos encarguen una defensa, sepan bien cómo la llevaremos y cómo peleamos.

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