(Por Oscar Castelnovo/APL) El salón del Centro Educativo Nivel Secundario 452 de Pergamino desbordó de jóvenes -y otros no tanto- que acudieron, el pasado viernes, a escuchar la charla de Carlos «Sueco» Lordkipanidse, sobreviviente de la Escuela de Mecánica de la Armada, campo de concentración y exterminio insignia de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica-sindical. El secuestro y desaparición incluyeron a su mujer y a su hijo de 20 días, quienes también viven. Entre los presentes se hallaban Silvia Rosito y Cristina Gramajo, madres de Fernando Latorre y Sergio Filiberto, respectivamente, dos de los siete pibes asesinados en comisaría 1° durante la Masacre de Pergamino*. El primero en tomar la palabra fue el director del establecimiento, Leonardo Lanzillotta; luego el docente Juan Manuel Lere presentó al invitado en la actividad organizada -además- por Soledad Llop y Luis Puentes, del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Lordkipanidse pertenece al EMVyJ Nacional y es referente del Encuentro Militante «Cachito Fukman», otro sobreviviente que nos dejará hace un tiempo atrás. Con el relato, duro, del «Sueco» y las preguntas de los jóvenes, se unieron las luchas pasadas y presentes contra la represión del Estado, que extienden los genocidios visibles o encubiertos.
INTERVENCIÓN DE CARLOS SUECO LORDKIPANIDSE
La verdad que estoy sorprendido y emocionado ante la presencia de tanta gente. A mí esto me cuesta mucho, ustedes se van a dar cuenta de que yo no figuro en la lista de ningún partido político, ni soy famoso en esos términos. Lo mío es más a nivel bajo. Entonces, lo que vengo a traerles es un relato de una parte de nuestra historia y, lo que sí, aspiro es a interactuar con todos ustedes aprovechando de que acá hay de las más diversas edades, a pesar de que el más viejo soy yo. Pero bueno, creo de que va a ser interesante en el sentido de que hay muchos que conocen parte de la historia de lo que nos ocurrió durante la dictadura genocida y muchos que ni siquiera habían nacido para aquél entonces pero que se les habrán generado dudas, a uno y a otros, cada uno desde su perspectiva.
En ese sentido voy a empezar a presentarme, porque como bien dijo acá el compañero, yo tengo un apellido muy difícil: me llamo Lordkipanidse, de apellido, mi nombre es Carlos. Me dicen «el Sueco», no soy sueco, me pusieron ese apodo porque el exilio lo viví en Suecia junto con mi familia, y bueno, como algunos sabrán, yo soy uno de los pocos sobrevivientes de la Escuela Mecánica de la Armada, la trágicamente conocida como ESMA. Por ese lugar, está confirmado, constatado, registrado, que pasaron 5.000 personas, las cuales, la absoluta mayoría, está en situación de desaparecidos.
Algunos de ellos sabemos, fehacientemente, porque sus cuerpos aparecieron, que fallecieron, a consecuencia del método de exterminio que utilizaba La Marina y otras Fuerzas Armadas y de seguridad, que era el de arrojar los cuerpos al mar. Pero entre las primeras víctimas de la dictadura, hubieron madres que estaban en la búsqueda de sus hijos desaparecidos y que, a su vez, fueron secuestradas y fueron arrojadas al mar, y quiso el destino de que sus cuerpos aparecieran en las playas de la costa argentina, a la altura de Santa Teresita, la mayoría.
«UN MILITANTE POPULAR»
Mi historia empieza no por el hecho de que yo sea un sobreviviente de la ESMA, solamente, sino que tiene un porqué. Yo era un militante político, un militante popular, lo que normalmente se conoce como los partícipes de la juventudes, de los partidos políticos, sea cual sea. No viene al caso, si quieren les digo, alguno que tenga interés en particular. Pero yo era un joven militante en la época en que la dictadura genocida entendió de que, tanto yo, como el resto de la juventud que se volcó masivamente a la actividad política de aquellos años, éramos sumamente peligrosos, éramos muy peligrosos para los planes que ellos tenían respecto de este país. Habrá alguno que se acuerde de que este país, a pesar de que históricamente se conoce la existencia de las villas miseria y de la pobreza y de la desigualdad y de la injusticia. En aquellos años estábamos, podríamos decir que infinitamente mejor que ahora, infinitamente, miren lo que les digo. Y así y todo, los dueños del poder decidieron pegar un golpe que conmoviese los cimientos culturales, por sobre todas las cosas, de esta sociedad y que nos convirtiéramos en individuos y dejásemos de ser un grupo social, así, como lo que nos reúne hoy acá, bueno, esto, en época de la dictadura, estaría entrando una patota de alguna Institución y nos llevarían a todos presos, seguramente. Bueno, eso es un mensaje, que a la luz de los hechos muestra de que a pesar de que aplicaron los métodos más aberrantes que uno se pueda imaginar, ya les digo, en el caso particular del lugar donde yo estuve, 5.000 personas pasaron por ahí y de ellos no se sabe nada, a pesar de todo éso, este hecho que se está produciendo hoy demuestra de que no nos doblegaron, que los ideales que teníamos de jóvenes siguen vigentes, que las causas que nos llevaron a ser militantes populares están más vigentes hoy que nunca y de que a lo largo de la historia han surgido ejemplos que, no son solamente ejemplos para nosotros, de vida, de moral y de ética, sino son un ejemplo para el mundo.
NORITA
Pongamos solamente a las Madres de Plaza de Mayo, o a las Abuelas, como un ejemplo. Entonces esto nos retrotrae a una situación de que porqué pasaron estas cosas en el país, porqué hizo falta que ocurriese esto, porqué esta tragedia de 30.000 personas en situación de desaparecidos. Tratemos de ponernos cada uno en la situación de ver, junto a los otros, a un ser querido en este momento y que esa persona desaparezca. Y no sepamos nunca más nada! Yo conozco muchas Madres de Plaza de Mayo. Mi madre más querida es Norita Cortiñas que, solita, todos los jueves se toma desde Castelar, un colectivo, que la lleva a la estación de tren, de la estación de tren se baja en Once, en Once se toma otro colectivo, va a Plaza de Mayo. Y hace 45 años, se cumplieron el otro día. Hace 45 años que esa madre da vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo, pero que también espera, todos los días, que suene el timbre y aparezca el hijo. Si logramos internalizar eso , tendremos la verdadera dimensión de lo que nos ha ocurrido.
Y cuando digo «nos ha ocurrido», a pesar de que no todos acá tenemos un familiar desaparecido, o trágicamente desaparecido, lo digo en función de que el producto dictatorial, lo que percibió, fue que justamente nos atravesase a todos, no solamente a las víctimas que pasaron por la situación en particular. Sino que atravesase a toda esta sociedad. Por eso les decía, el hecho de que estemos hoy acá reunidos, es un gran éxito, es un gran éxito cada 24 de marzo que se marcha en las distintas ciudades del país, y se conmemora el 24 de marzo y se repudia el golpe militar.
«PERSECUCIÓN SALVAJE»
Se van a enojar algunos amigos que tengo, que dicen «vos estás haciendo hincapié en el golpe militar», y tengo que recordar también, porque también yo era militante en aquél entonces, de que antes del golpe militar existió en la Argentina una persecución salvaje de militantes populares que cobró muchísimas víctimas, con otras metodologías, o iguales, en otros lugares o en los mismos, pero que produjo una herida muy profunda en nuestra sociedad ya antes del 24 de marzo del ’76.
EL ESTADO ES RESPONSABLE
Nosotros caracterizamos el 24 de marzo del ’76 como un genocidio. Ahora, ¿qué significa un genocidio?¿ Por qué decimos genocidio? Cualquiera de nosotros, de los que estamos aquí presentes, puede matar a 100 personas. Pero eso nos convertiría en un asesino serial. Un genocidio, lo que implica, es de que ese asesinato serial de personas sea cometido por agentes del Estado. Que la violación a los derechos humanos sea cometido por el Estado, porque no no existe otra violación a los derechos humanos que no sea cometida por el Estado. Una persona, un individuo, respecto de otro individuo, lo que comete es un delito individual, condenable por un delito penal y demás. Pero cuando el delito es cometido por un agente del Estado, por un funcionario del Estado, entonces se convierte en delito de lesa humanidad. Y eso da un salto cualitativo que lo convierte en delito permanente y en delito contra toda la humanidad. El ejemplo más clásico es el de los nazis en la Segunda Guerra Mundial cuando mataron a 6.000.000 de judíos. No se trató de matar a 6.000.000 de judíos. Mataron a 6.000.000 de personas, mataron a 2.000.000 de gitanos, y mataron a 20.000.000 de rusos, y eso es un delito no cometido contra los rusos, los gitanos o los judíos, sino contra todo el mundo, eso nos agravia a todos porque somos seres humanos y entendemos de que eso es injusto, está mal, no se debe hacer.
«UN 40% DE NUESTRA POBLACIÓN POR DEBAJO DE LA LÍNEA DE POBREZA»
Entonces, tanto un plan, aquél que se percibió en la Segunda Guerra Mundial, como el que se implementó acá en la Argentina, tiene un origen que, a unos cuantos se les va a ser bastante fácil comprender porque seguramente todos estamos atravesando por situaciones y momentos difíciles en los cuales llevar el pan a la casa, nos cuesta mucho. Bien, entonces cuando digo de que el plan genocida nos atravesó a todos y nos SIGUE atravesando a todos, es justamente eso, que lo que se implementó en ese momento, duró todos estos años hasta el día de hoy, y hoy lo estamos pagando, entre otras cosas, un 40% de nuestra población por debajo de la línea de pobreza, por ejemplo. O que en el país de las vacas los niños coman polenta en los comedores populares. Cosas inexplicables. Pero eso que hoy resulta absurdo, es decir, cómo esto que está pasando tiene su origen en aquello que ocurrió. Y ocurrió no de forma casual, no ocurrió de una forma extemporánea, sino que obedeció a un plan, fue meticulosamente preparado, estudiado y para que no ocurriese no solamente en este país. La década del ’70 y ’60 se caracterizó lo que se llamó las dictaduras del Cono Sur.
Entonces, hubo dictaduras militares en Uruguay, en Brasil, en Paraguay, hacía ya rato en Chile en el golpe del ’73, en Bolivia, en la mayoría de los Estados de Sudamérica habían golpes militares dirigidos, y esto nos trae al día de hoy, dirigidos por lo que se llama el Comando Sur de los Estados Unidos. Estados Unidos tiene áreas, donde dice, bueno, para dominar esta parte del mundo tengo el Área Norte, el Área Oeste, el Área Sur, el Comando del Área Sur que estaba en Panamá, tenía entre otras cosas, aberrantes, lógicamente, una escuela de instrucción de torturadores. Una escuela, imagínense, una escuela como esta pero específicamente diseñada donde en un pizarrón un maestro enseñaba cómo se torturaba a una persona. Eso ocurría en Panamá, ahora mudaron ese lugar a Miami y hace pocos días hemos recibido la visita de una generala norteamericana que era Comandante en Jefe del Área Sur del Comando de Zona Sur de los Estados Unidos. Para que veamos de que no hubo, digamos, un espacio en el que las cosas cambiaron y mejoraron y entonces estamos libres, o sea, que no nos va a volver a pasar. No, está pasando. Está pasando y como les decía antes, está pasando peor que antes. Yo recuerdo de joven , a ver, que levanten la mano los que tienen 20 años, o menos.
Bien, aunque les parezca mentira, en algún momento yo tuve 20 años también. Y cuando tenía 20 años, a mí me daba lástima ver que había chicos que caminaban descalzos en las calles de barro, de las villas y de los asentamientos de Buenos Aires que es donde yo vivo. A ver, díganme ¿qué cambió de eso? Entonces, aquello que nos impulsó a ser militantes populares en función de tratar de terminar con esas injusticias, se requiere hoy el doble de esfuerzo. Entonces hoy, a los 70 años yo sigo militando para que eso no pase. En una forma diferente. Yo también me tengo que presentar como lo que soy. Yo soy militante de un organismo de un organismo de DD.HH que se llama Encuentro Militante Cachito Fukman en honor a un compañero muy querido que ha fallecido hace cuatro años y también soy un integrante del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia de Buenos Aires, que entre otras cosas también quería mencionar que me alegra mucho de que en Pergamino exista un Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, como están surgiendo Encuentros similares en otras partes del país.
«SOMOS LOS INTEGRANTES DE LOS ORGANISMOS DE DD.HH, INDEPENDIENTES»
El hecho de militar en un organismo de DD.HH no obedece tampoco a una causalidad. Ya antes, como les decía, militaba en la juventud de un partido político y me di cuenta de que eso abarcaba una especificidad, que era el programa del partido político, digamos, la idea del partido político, cómo el partido político aspiraba a conducir el país y qué relaciones internacionales tendría. Pero después, siendo militante de un organismo de DD.HH me di cuenta de que lo que tengo y disfruto y aprecio es la independencia. Ser integrante de un organismo de DD.HH lo que otorga es la independencia de poder, marcar, decir, señalar, acusar aquello que se está haciendo mal y que merece ser resarcido. Y no le tengo que responder a ningún partido político, y no le tengo que responder a ningún gobierno. Soy independiente, somos. los integrantes de los organismos de DD.HH, independientes porque así lo establecen los estatutos de los organismos de DD.HH de cualquier gobierno, porque, como decía al principio, si hay alguien que viola los derechos humanos, son los gobiernos. Sea uno, sean diez, sean treinta mil. No importa el número, sino lo que importa es el agravio que se comete contra el resto de nosotros cuando un derecho humano se viola.
Ahora, no confundamos derechos humanos con el pasado, en el sentido de lo que significó la dictadura y su accionar represivo contra un estamento social que era la juventud, no todos eran jóvenes lógicamente, pero se enfocó particularmente en la juventud, particularmente en el sector de los trabajadores, particularmente en el sector de los representantes sindicales, fueron los primeros en ser atacados, las comisiones fabriles. Dejarlo reducido a ese aspecto solamente, nos priva de la visión integral de lo que significa la Declaración Universal de los Derechos Humanos que nosotros, como Nación, tenemos incorporada a nuestra Constitución. Aunque parezca mentira, la Declaración Universal de Derechos Humanos, es ley para nosotros. O sea, violar los derechos humanos es violar la ley. Existe también la Declaración Universal de los Derechos del Niño, y está incorporada a nuestra Constitución. Por lo tanto, violar los derechos de los niños, significa violar la Constitución, violar la ley primera, la ley máxima. Y esos derechos de los niños, de los hombres, de las mujeres, de todos nosotros, no pasa solamente por no ser torturados al momento de ser apresados por una fuerza represiva. No, pasan por el hecho de tener una vivienda digna, a tener alimentación, a tener educación, a tener salud. Eso es el compromiso que tiene el Estado respecto de cada uno de nosotros y cada vez que eso no ocurre, se están violando los derechos humanos.
EXISTE UNA CONTINUIDAD DE LOS HECHOS
Por eso, quiero con esto mostrarles que existe una continuidad de los hechos. No es algo que pasó en el pasado y nos lamemos las heridas del dolor que nos causó. Sino que lo tenemos que ver hoy con la misma profundidad e intensidad que lo vieron aquellos jóvenes de 20 años, allá por la época del ’70 cuando veían a los chiquitos caminando por las calles de barro sin zapatillas.
No es mucho más lo que voy a poder decir. Yo no soy un conferencista, soy autodidacta y lo que digo es lo que aprendí viviendo la vida y atravesándola de la forma más digna posible. No soy catedrático, no voy a dar cátedra acá, ni estadista, ni estadísticas ni cosas por el estilo porque no es lo que yo sé hacer. Lo que yo sé hacer es hablar con mis pares. Mis pares son ustedes, o sea, olvídense que yo estoy de este lado, hagan de cuenta de que estoy sentado en el medio y toda inquietud que surja a partir de lo que convoca a esta charla que estamos participando, yo estoy dispuesto a responderla porque entiendo que hay zonas oscuras dentro de nuestra historia que nos resultan a muchos incomprensibles e imposibles de recapacitar o reconocer.
«Los 7»
Antes de entrar acá, tuve una breve conversación con dos de las madres de los 7 chicos de Pergamino, donde me contaron su dolor. Y uno dice, uh!,¿ este tipo que estuvo chupado dos años y medio en la ESMA se conmueve por el relato de una madre por lo que le hicieron a sus hijos? Sí, por supuesto que sí. Aspiro a que a todos ustedes les pase lo mismo, y estoy acá, discúlpenme la conmoción, quedé muy emocionado cuando hablé con las mamás, así que, ahora me recompongo un poquito mientras ustedes me hacen preguntas y yo les contesto, si les parece bien. Gracias por haberme escuchado.
(La noche se extendió bajo una enorme cantidad de preguntas que el «Sueco»respondió en una larga jornada)
*En la Masacre de Pergamino fueron asesinados por la Bonaerense Sergio Filiberto,Franco Pizarro, Fernando Latorre, Alan Córdoba, Juan José Cabrera, John Claros y Federico Perrota.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&