Tras el atentado, no dejarse arriar como oveja pal’ corral: Basta de hambre y represión

(Por Oscar Castelnovo/APL) Luego del atentado a Cristina Fernández de Kirchner, el mandatario Alberto Fernández decretó un feriado nacional para que el pueblo pueda reflexionar y expresarse en defensa de la vida y de la democracia. El presidente llegó tarde con su recomendación: ya habíamos reflexionado mucho antes del ataque la vicepresidenta. Por caso, estuvimos junto madres cuyos hijos fueron asesinados por el gatillo fácil o sucumbieron por la tortura en sitios de encierro. En ocasiones, lloramos juntos ante un dolor que para muchas de ellas no tiene explicación, bebimos amargamente, la abrazamos en el cementerio y en el momento no encontramos palabras de consuelo porque no las hay en ningún idioma. También reflexionamos sobre que la gestión de Fernández superó a la de Mauricio Macri, en los primeros dos años de mandato,  este tipo de crímenes, tal como Axel Kicillof lo hizo con María Eugenia Vidal. Los hechos no comportan defensa alguna de Juntos por el Cambio, expresión nefasta del fascismo argentino.

La inmensa movilización y los mensajes de repudio sobre el fallido intento de homicidio de la expresidenta fueron realmente masivos, desde organizaciones pequeñas hasta el papa Francisco. Lástima grande que el santo padre, quien vive en Roma, no se haya expresado sobre la política estatal que se cargó miles, miles y miles de muertos durante la etapa, dizque, constitucional. Son pocas las organizaciones que denuncian, valientemente, los crímenes del Estado.

¿DEMOCRACIA?

También Fernández nos llamó a «defender la democracia». Hay malas noticias para el presidente: No existe tal cosa, porque democracia no es el único antónimo de dictadura militar. Lo que llaman democracia, es dictadura del capital, porque Washington ya no precisa de las Fuerzas Armadas, por ahora le alcanza y sobra con los autodenominados gobierno «progresistas» que pagan la deuda con el hambre popular y las muertes selectivas.

¿Democracia sin revocatoria de mandato? ¿Sin plebiscito vinculante? ¿Sin control popular? Concurrir a las urnas cada dos años no es democracia, participación activa en los temas esenciales para el país sí lo es. ¿Algún ciudadanx participó, por ejemplo, en establecer el precio de la carne y demás alimentos? ¿Cuántos de ellxs determinaron que los pobres más pobres ya no puedan comprar yerba? En tanto el poder político, con infinita ternura, dice a los que mandan de verdad: «Queride formador de precies, te invitamos a la millonésima reunión para ver, quizá, en una de esas, tal vez, logramos detener la escalada inflacionaria, queride amigue, habla tu que te toca a ti, esperamos ansioso tu respuesta». Si no fuera trágico, sería gracioso.

A la vez, el mandatario sostuvo en su alocución que lo ocurrido en Juncal y Uruguay, «es el hecho más grave desde que hemos recuperado la democracia». ¿Y los 39 fusilados en la huída de De la Rúa en 2001 durante el estado de sitio? ¿Y la matanza de Kosteki y Santillán? ¿Y la segunda desaparición de Julio López?

ODIOS

Asimismo, Fernández, llamó a sostener un «compromiso permanente para erradicar el odio y la violencia de la vida en democracia». Mucho antes del atentado, ya existían el odio y la violencia: Si a un pueblo originario le pudro la tierra con el fracking, le enveneno las aguas con cianuro para extraer oro, extermino a los peces; y le contamino el aire, muchos habitantes de esa comunidad habrán de morir y otros sobrevivirán bajo distintas relaciones sociales (punteros políticos, pastores). ¿No hay odio y violencia en este hecho? Si a una parte de los excluidos los mato a balazos o a tortura, al tiempo que impongo un orden axiológico donde vale más la cartera de la dama y el bolsillo del caballero que la vida humana. ¿Acá no encontramos odio y violencia? Si a secuestros, golpes, adicción compulsiva y violaciones reiteradas y grupales devasto la entidad humana de las chicas sumergidas en el limbo de la prostitución, ¿hay odio y violencia o no? ¿Si se hunden más de 90 barcos pesqueros por culpa de los patrones  con complicidad del Ministerio de Trabajo. ¿Hay odio y violencia o no?

PERONISMO Y AMISTADES

En mayo de 2022, Fernández se reunió con su par paraguayo, Mario Abdó Benítez, lo abrazó y lo llamó «mi amigo». Benítez es responsable de la tortura y fusilamiento de dos nenas argentinas, de 11 años, Lilian y María Villalba, ejecutadas el 2 de setiembre de 2020. Fernández omitió todo reclamo a su amigo. La prima de ambas niñas, Carmen «Lichita» Oviedo Villalba, permanece desparecida desde el 30 de noviembre de 2020, por el ejército paraguayo. Ni la vicepresidenta ni Fernández refirieron al tema. Lichita, al igual que sus primas vivía, estudiaba y tenía sus amigxs en la Argentina. La cancillería nacional se limito a formalidades que no empañan amistades entrañables.

Las amistades del kirnerismo no dejan de llamar la atención. El 8 de marzo de 2001, cuando ya era público y notorio que Domingo Cavallo era un genocida de la pata económica de la dictadura, Cristina Fernández sostuvo  que era amiga de Cavallo. A la vez, se mostro cercana y sonriente con el empresario genocida, titular de Ledesma, Pedro Blaquier. También Gerardo Martínez, referente de la Uocra y reconocido informante de la dictadura para el secuestro de militantes revolucionarios se halla entre sus vínculos

QUIEN QUIERE OÍR, QUE OIGA

Cristina Fernández de Kirchner no debió sufrir el repudiable atentado. Es una verdad de titanio, tan cierto como que el peronismo-kirchnerismo, tomando las gestiones de Néstor, Cristina y Alberto, supera ampliamente a las otros partidos en los asesinados a manos de la fuerzas de Seguridad quienes siempre tienen sus mandos en el Poder Ejecutivo. Sin obviar que las otras organizaciones políticas aportaron numerosas tumbas de pobres, en el período democrático ensangrentado de la Argentina.

Existe una dinámica genocida en el país, para quien quiera verla y no dejarse «arriar como oveja pal’ corral» en una agenda marcada por los sectores dominantes, cualquiera sea su discurso. Quien quiera oír, que oiga. Quien tome opción por hacerse el distraído, es cosa suya.