Jornada de difusión por el asesinato de Franco Cardozo

(Texto y fotos: Soledad Olmos/APL) Franco Cardozo fue asesinado a golpes por efectivos de la policía local  Centro de Operaciones Tigre (COT) y la Policía Bonaerense en la madrugada del 28 de mayo pasado en la localidad de Don Torcuato, partido de Tigre. El homicidio se produjo en manada ya que participaron del crimen once oficiales de ambas fuerzas quienes golpearon al joven hasta provocarle la muerte. Familiares, amigxs, vecinxs, organizaciones sociales, sindicales y políticas se concentraron en la estación de Tigre, terminal del ferrocarril Línea Mitre, este domingo, para dar visibilidad al nuevo caso de gatillo fácil en el partido de la zona norte Bonaerense.

La convocatoria se da en el marco de diversas acciones de lucha y difusión que se están llevando a cabo en todo el municipio. En la jornada del domingo participaron la Murga “Los rompe bolas”, Suteba Tigre, PTS San Fernando, MST, Agrupación Nacional Docente Carlos Fuentealba, Nuevo Mas Zona Norte, Trabajadores Precarizados e Informales entre otras organizaciones.

Gabriel Cadozo es hermano de Franco y junto a su madre María se encuentran abrazadxs en la salida de la estación de trenes, casi llegando a la rotonda principal de Tigre. Por detrás una bandera roja y blanca reclama JUSTCIA POR FRANCO, SIEMPRE PRESENTE, por delante convocadxs y transeúntes escuchan atentamente lo que tienen para decir.

María viste una remera donde esta con Franco, imagen donde se los ve abrazadxs y sonrientes, ahora con profundo dolor y teniendo que llevar a uno de sus hijxs en una consigna de lucha dice: “lo que nosotros queremos pedir es justicia, gracias a todos por acompañarnos, por escucharnos, por estar siempre con nosotros y hasta que no consigamos justicia por mi hijo no vamos a parar”.

«PARA QUE NO VUELVA A PASAR»

Luego de un aplauso sentido, Gabriel comentó: “lo de hoy es una jornada de difusión porque nos interesa que toda la gente de Tigre se entere de lo que le hicieron a mi hermano, estamos acá para reclama justicia por Franco, hay un video donde se ve como lo detienen y  lo golpean y donde el pide que lo dejen de golpear. Quiero pedirles que nos sigan acompañando, agradecerles por hoy estar todos acá, y también decirles que vamos a seguir haciendo cortes y diferentes actividades, vamos a seguir adelante; todo sea por JUSTICIA POR FRANCO para que mi vieja pueda dormir tranquila, para que yo estar tranquilo porque veo una foto de mi hermano y le digo te la van a pagar, no le puedo decir descansá en paz”. Y continuó: “les pido me sigan apoyando y a mi mamá, a toda mi familia; y que se sigan sumando a quienes pasaron cosas similares. A partir del asesinato de mi hermano nace una lucha y la lucha es justicia y para que esto no vuelva a pasar, porque a Franco ya nos lo devuelven más pero no tiene que suceder nunca más”.

Franco, de 25 años de edad, fue detenido mientras se dirigía a su casa por efectivos de la policía Bonaerense y personal del COT quienes comenzaron a golpearon brutalmente en la intersección de las calles Asunción y Entre Ríos en el barrio de Don Torcuato; en ese lugar un vecino comenzó a grabar un video que se encuentra circulando en las redes en el cual se observa como golpean a Franco en el piso, estando esposado y sin posibilidad de defenderse. Los golpes continuaron dentro del patrullero y finalmente terminaron con su vida dentro de la comisaría 3ra de Don Torcuato.

Cabe resaltar que el asesinato fue en manada ya que se tiene conocimiento de la participación de once efectivos de ambas fuerzas; sin embargo, la causa tiene un único detenido, se trata de un agente del COT de apellido Cevasco quien no se encontraba en el momento de la detención sino dentro de la dependencia policial, por lo cual se tuvo constancia que los golpes comenzaron en la vía pública para continuar dentro de la comisaria de Don Torcuato desmintiendo así la versión policial que intentó establecer que Franco nunca había ingresado a dicho establecimiento estatal.

A poco tiempo de su detención y producto de estado de salud fue trasladado al hospital Nores en el centro del municipio donde falleció en las primeras horas del 28 de mayo. Sin embargo, se comunicaron con la familia para decirles que había fallecido pasadas las ocho de la mañana, excusando un paro cardiorespiratorio.

Interviene en la causa la UFI de Don Torcuato, a cargo de la fiscal Virginia Toso quien realizó la imputación por vejaciones, severidades o apremios ilegales, con penas privativas de la libertad por reclusión o prisión de dos (2) a seis (6) años y la consecuente posibilidad de una pronta excarcelación para los culpables. Por ello la familia exige el cambio de imputación por la figura de “tortura seguida de muerte” con la pena de prisión perpetua.

No se trata de un caso aislado, se trata de la forma de accionar del conjunto de las fuerzas represivas: el informe anual de la Coordinadora contra la represión policial e institucional (Correpi) indicó que en 2020 fueron asesinadxs por el Estado 441 personas, entre ellas el 40% es menor de 25 años; donde casi el 66%  ocurrieron en Servicios Penitenciarios Federales y Provinciales,  en comisarías y todo lugar de detención incluidos patrulleros.

Franco es padre de un nene de ocho años, y a una semana de haber celebrado sus 25 años encontraba la muerte en manos de  la policía local de Tigre y provincial de la provincia de Buenos Aires. Ser asesinado a golpes no es sinónimo de un “mal procedimiento” como le dijeron a su hermano Gabriel en la comisaria a horas de enterarse del homicidio de su hermano, se trata nuevamente de un caso de gatillo fácil producto de la responsabilidad del Estado que le entrega la vida de nuestrxs pibxs a las fuerzas represivas a nivel Nacional, Provincial y Municipal.

-¿Qué me están pegando porque no tengo barbijo?- son las últimas palabras que se sabe dijo Franco estando en el piso, esposado y en la oscuridad de la noche de Don Torcuato donde once policías de distintas fuerzas se llevaban una vida más, una de las tantas que cargan a cuestas pero que rara vez encuentran culpables y condenadxs cuando la represión estatal se hace encarnadamente visible.